Capítulo 56: Montando activamente

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Yan Yuchun no rechazó este pequeño pedido. Desde el momento en que firmó con su nombre en el formulario de matrimonio, sabía que Xavier le guardaría rencor a su regreso. No le preocupaba.

Xavier era demasiado fácil de entender, después de todo, había estado en un ambiente relativamente cerrado y simple como lo era el campo de refugiados de niño y el campamento militar desde los dieciséis años, toda su inteligencia había sido utilizada en el combate, naturalmente no sabía realmente mucho sobre relaciones humanas. Cuando Yan Yuchun lo vio a primera vista, supo que no era una persona difícil de tratar, aunque en apariencia parecía malhumorado y dominante, extravagante en su comportamiento y algo despectivo con los demás, Yan Yuchun nunca le había tenido miedo.

Su rechazo inicial a Xavier fue puramente porque no le gustaba el hombre, en ese momento había visto claramente la actitud de Xavier. Cuando Xavier se negó a casarse con Ana y se interesó por él, Yan Yuchun debió ajustar sus opciones y esforzarse el doble. Sin embargo, había dudado en ese entonces, no porque le preocupara no ser capaz de manejar al hombre; al contrario, sabía que Xavier no se saldría con la suya si le ponía algún tipo de trampa, pero simplemente no quiso hacerlo.

¿O tal vez tuvo el presentimiento desde el inicio de que si "lanzaba el anzuelo", no sería sólo Xavier el que quedaría atrapado en ella, sino también él mismo?

La realidad le decía que, efectivamente, había caído en su propia trampa amorosa, pero más que eso, ya no quería aprovecharse de Xavier, sino que realmente deseaba pasar el resto de su vida con este hombre, aunque no pudiera garantizar que Xavier se dedicara a su matrimonio con toda su alma.

Él había hecho mal primero. Iba a admitir eso. Así que podía soportar un poco el temperamento del hombre y darle una buena cabalgada.

Con esto en mente Yan Yuchun jadeó y agarró la dura polla con sus dedos. Su entrepierna ya había comenzado a gotear incontrolablemente. Miró al apuesto hombre frente a él y dijo: "¿Dónde quieres usarme?"

Xavier lo miró fijamente, con los ojos llenos de lujuria: "¿Qué pregunta es esa?". Se inclinó más hacia Yan Yuchun y dijo en un tono bajo y ronco: "Tu coño de puta, por supuesto".

Las palabras sucias y vulgares avergonzaron y excitaron a Yan Yuchun al mismo tiempo. Cerrando los ojos, reprendió: "Eres tan desagradable, Xavier, como una zorra cualquiera. ¿No dijiste que no querías correrte dentro de mí?"

Xavier gruñó: "Naturalmente, sacaré mi polla cuando esté a punto de correrme".

Yan Yuchun se rió: "Ese no es un método anticonceptivo correcto, todavía existe la posibilidad de embarazo".

"¿Cómo puedes quedarte embarazado con eso, cuando antes claramente te costó tanto? Me corrí muchas veces dentro de tu útero y no pasó nada" Xavier le frotó el coño y lo instó a seguir: "Date prisa y móntame".

Yan Yuchun miró el pene grande, hinchado, húmedo, grueso y algo aterrador a la vista. Había leído las noticias de aventuras amorosas de Xavier antes, sabía que las mujeres exageraban los relatos sexuales, llegando incluso a indicar el tamaño del pene del almirante, veinticinco centímetros, en letra muy grande. En aquel momento, Yan Yuchun se había limitado a ver esas entrevistas como una broma, y se había burlado de los detalles sexuales, encontrándolos demasiado vulgares, sin pensar que hoy, tendría una aventura de esta índole con este hombre.

De repente, su corazón no estaba muy contento.

Siempre tuvo buena memoria, y todas esas palabras le vinieron a la mente bruscamente en un momento como este, haciendo que su corazón se llenara con un sabor agrio al no poder evitar pensar en la imagen de esa polla acariciando dentro de otra persona. Frunció el ceño y tomó un poco de agua para lavar aquella polla, moviéndose con algo de brusquedad. Xavier, quien jugaba plácidamente con sus pezones se encogió de dolor. "¿Qué te pasa?".

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