Capítulo 85: Un dulce espacio para dos

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Después de una intensa batalla, ambas personas segregaron sudor. El placer abrumadoramente intenso les hizo volverse perezosos, y ni siquiera querían mover ya un solo dedo. Xavier se limitó a tumbarse encima de Yan Yuchun aún en la posición de penetración.

"Hmmm..." El rico olor del cuerpo del hombre llenó sus fosas nasales, logrando que la cara de Yan Yuchun se sonrojó más. Su cuerpo estaba pegajoso, sin embargo se sentía tan bien que ni siquiera le importó y al mismo tiempo, no pudo contener un gemido que se escapaba de su garganta. Pero Xavier era pesado, y al cabo de un rato no pudo aguantar más, rápidamente su cara mostró su incomodidad. Sólo con verlo, Xavier lo notó por lo que comenzó apoyarse muy ligeramente sobre su cuerpo y el miembro todavía medio erecto se retiró de su cavidad, pero no completamente.

La respiración de Yan Yuchun estaba un poco desordenada debido al pequeño movimiento, y preguntó: "¿La herida de tu espalda... se abrió?"

"No, ya no siento dolor". En realidad, Xavier no le tomó importancia a esta pequeña incomodidad, había sufrido heridas más severas y ya estaba acostumbrado a ella hace tiempo. Frotó la punta de la nariz de Yan Yuchun con la suya, limpiando una gota de sudor de la misma, y lo besó en los labios, sonriendo agradablemente, "El sistema de socorro está realmente roto, ¿qué debemos hacer? no parece que podamos subir por nuestra propia cuenta, así que solo deberíamos vivir aquí por el resto de nuestras vidas."

Yan Yuchun tampoco sintió pánico, sólo dijo: "¿Cómo podemos vivir aquí por el resto de nuestras vidas?"

Xavier respondió: "Por supuesto que podemos, debe haber peces en el lago, pájaros en los árboles, tal vez algunos pollos de montaña o algo así, ¡oh sí!, lo más común en un lugar como este deben ser las serpientes, podemos atrapar una al día y hacer sopa de serpiente para comer. Sí deberíamos ser capaces de vivir por el resto de nuestras vidas con comodidad. También podemos tener dos pequeños hijos aquí y criarlos como pequeños salvajes".

Yan Yuchun se quedó un poco sin palabras: "Estás diciendo muchas tonterías".

Xavier le mordió ligeramente los labios y se rió por lo bajo: "¿Y tú qué dices, entonces cómo vamos a salir?".

Yan Yuchun dijo: "Encendiendo un fuego".

"Es una buena idea, pero si ya han evacuado el lugar, nadie lo verá aunque lo quememos todo. Mi querido esposo, mejor debería estar preparado para pasar el resto de su vida aquí conmigo, además tendremos dos pequeños salvajes más, así que no será solitario en ese sentido". Volvió a reírse: "¿No sería bonito? No hay nada más que nos mantenga ocupados y podemos hacer el amor todos los días". Cuando dijo la palabra "hacer el amor", la parte inferior de su cuerpo ya estaba dura de nuevo, su larga y gruesa polla empujaba profundamente en la cavidad de Yan Yuchun, haciéndole gemir un poco.

Yan Yuchun jadeó un par de veces y reprendió: "¡Eres muy desagradable, Xavier!".

"Sólo quiero ser desagradable contigo, pero ¿quién es el que me está chupando ahora? Vaya, hace tanto calor aquí dentro que me gustaría no salir nunca". Xavier le besó los labios mientras empujaba en su carne, derramando todo el semen que había disparado antes en su interior, y haciendo sonar un fuerte gorgoteo por la acción.

No hubo forma de que Yan Yuchun replicara y se dejó llevar de nuevo por el torbellino de lujuria hasta casi una hora después, cuando la batalla llegó a su fin. Yan Yuchun estaba agotado y sin energía, sólo sabía que estaba acostado en la hierba, su pálida piel parecía aún más atractiva contra las briznas de hierba turquesa. Xavier sacó su polla lentamente de su cavidad, saliendo a chorros gran parte de su semen, humedeciendo un trozo de hierba debajo de él. Volvió a estirar la mano y enganchó los dedos en el agujero aún sin cerrar, diciendo: "Me he corrido tanto para ti pero ni siquiera lo pues aguantar bien, ¿cómo me vas a dar un hijo así?".

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