Capítulo 51: Una batalla apasionada

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Yan Yuchun se desplomó en la cama como un pez sediento de agua. Con el cuerpo pegajoso, y la piel blanca manchada de semen espeso, tenía un aire eróticamente inusual. Su pecho también subía y bajaba notablemente a la distancia, sus ojos se humedecieron y tardó un rato en calmar su respiración.

Xavier se sintió menos que satisfecho, el hecho de no poder correrse dentro de Yan Yuchun le hizo sentir como si no estuviera lo suficientemente completo.
Bajó la cabeza mirando los restos de semen que ensuciaban el cuerpo de Yan Yuchun, y extendiendo la mano, untó egregiamente todo el semen, poco a poco, en la carne de aquel pecho. Yan Yuchun frunció el ceño y refunfuñó: "No hagas eso, Xavier".

Xavier lo fulminó con la mirada: "¿Demasiado sucio?".

"Está muy pegajoso, iré a lavarme". Xavier miró su esbelta cintura y las dos carnes temblorosas de sus nalgas. Sus ojos se oscurecieron y su garganta rodó inconscientemente mientras se levantaba también de la cama y lo seguía.

Sólo cuando Yan Yuchun abrió el grifo, el hombre alto le atacó por detrás, inmovilizándolo contra la pared y mordiéndole en la nuca. Mordió con un poco de fuerza y Yan Yuchun frunció el ceño con dolor, reprendiendo: "Xavier, ¿eres un perro?".

Xavier le rodeó la cintura con los brazos, la parte inferior de su cuerpo erguido buscó la hendidura de su agujero y empujó con pericia en su interior.

Esta forma de hacer el amor se lo puso un poco difícil a Yan Yuchun, que era diez centímetros más bajo que Xavier, por lo que tenía que ponerse de puntillas para poder corresponder a sus embestidas. El ataque del hombre fue valiente, la gruesa y larga hoja de carne empujaba expertamente en su útero, rellenando todo su coño hasta el borde, y acercándose a sus labios, lo mordió de nuevo.

"Ooh... no muerdas...." Susurró Yan Yuchun antes de que sus labios fueran rápidamente sellados. El agua caliente cayendo los empapó a ambos, y una densa niebla caliente llenó todo el baño. Pronto no pudieron pensar en nada más, sus ojos sólo estaban en la mirada del otro, observando cada cambio en su expresión.

Después de unos minutos de follar de espaldas, Xavier se impacientó un poco con la posición, y retirando su larga y gruesa polla, cogió a Yan Yuchun por delante, haciendo que sus piernas rodearan su cintura, presionándolo contra la pared. Yan Yuchun cerró los ojos y jadeó: "Las paredes están un poco frías, Xavier".

"¡No te quejes!" Xavier simplemente odiaba su hábito de reacción de querer cambiar siempre que su querido tío diga que se siente incómodo. Todavía metiendo la polla en su coño y mordiéndole deliberadamente el labio, susuró: "¿No está caliente mi polla? ¿Todavía puedes notar las paredes?"

Yan Yuchun se mostró un poco incrédulo: "Mis cinco sentidos no me fallan, Xavier".

Xavier se burló, con un poco de sarcasmo en su tono, "¿De verdad? Soy el único que no tiene cerebro, ¿verdad? Siempre estás tan tranquilo.Yan Yuchun, siempre estás tan elocuente cuando te estoy cogiendo".

"Quizás realmente sólo tienes gusanos en la cabeza, de lo contrario, ¿cómo podrías decir tal cosa?" Yan Yuchun no pudo evitar responder con una mueca, su temperamento se había controlado bastante bien esta noche, pero todavía tenía que sacar un poco de su carácter de vez en cuando. Xavier escuchó sus palabras y estuvo aún más seguro de su criterio, sacó su polla avergonzado y antes de poder retirarla del todo, sintió que el coño de Yan Yuchun se apretaba y contraía de tal manera que era claro que no quería que se fuera. Soltó una carcajada y susurró: "Mi querido tío, tienes que hacerlo bien, eres tú el que está en celo ahora mismo, mira qué apasionado está tu coño, no puedes, ni quieres dejarme ir".

Yan Yuchun enganchó sus piernas alrededor de la cintura ajena y dejó que la polla, que pronto iba a ser retirada, se enterrara de nuevo en su interior, mientras jadeaba: "Soy incapaz de dejarte ir, Xavier, fóllame, podemos hablar del resto más tarde".

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