Capítulo 50: Incapaz de resistirse

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Xavier ni siquiera pensó que la acción que una vez tuvo que intimidar para conseguir, ahora la haría Yan Yuchun por su propia cuenta frente a él. Y se dio cuenta además, de que estaba equivocado; resultaba que cuando él tomaba la iniciativa, era mil veces más tentador que cuando era forzado, lo que hacía imposible para Xavier resistirse a tal seducción.

El estrecho orificio carnoso se abrió para revelar un poco de carne roja, y el canal de su interior brilló claramente bajo la luz brillante. El jugo transparente, la carne retorcida, la forma lasciva, no importaba lo que fuera, todo ello dificultó la respiración de Xavier. Cerró los ojos y contuvo el impulso de subirse encima del oriental, para luego decir con maldad: "¡Puta!".

Esperaba que Yan Yuchun se pusiera pálido, preferiblemente saliendo corriendo enfadado, y entonces seguramente podría controlarse para no tener más relaciones sexuales con él, y así no caer en otra trampa que le había tendido. Pero Yan Yuchun no se enfadó, e incluso respondió con voz ligeramente ronca: "Bueno, Xavier, esta noche soy tu puta".

"¡Mierda!" Xavier estalló,y no pudo evitar inclinarse, abriendo la boca para sostener directamente el limpio y tierno agujero femenino. Lamió con fiereza, se movió frenéticamente y con sus manos terminó de abrir abruptamente la camisa que llevaba Yan Yuchun, arrancando los botones por doquier, para luego agarrar con precisión aquellos pechos y amasarlos con vigor.

"Ah... Xavier... tan bueno...", Yan Yuchun tampoco controló sus gemidos y gritó tanto como quiso. Sabe Dios cómo se las arregló para sobrevivir estos seis meses. Al principio todo fue por fuerza de voluntad, más tarde en virtud del zumo de hierbas, y sólo después de ser un poco insoportable, consiguió un poco de inhibidor, que lo mantuvo tranquilo por el resto de los meses. Había tomado el supresor sólo dos días antes, pero en cuanto olió el aroma de este hombre, el narcótico pareció perder su efecto por completo, y su cuerpo comenzó a inundarse de nuevo, anhelando el tacto y las lamidas de este hombre.

Xavier estaba un poco más frenético que él, originalmente era un hombre de intensa lujuria, la abstinencia durante seis meses era algo raro para él, y debido a la herida dejada en su corazón por Yan Yuchun, rara vez se había masturbado en los últimos seis meses. En este momento, cuando fue tentado, simplemente se sintió poseído, todo su ser se transformó en una bestia del deseo. Su lengua ya había lamido en lo más profundo de aquel lujurioso coño, frotando la tierna carne de su interior con abandono y succionando los lujuriosos jugos segregados, tragándolos con avidez, mientras frotaba con fuerza los pechos de Yan Yuchun. Después de escuchar sus gritos de lujuria, sabía perfectamente que no debía tocar más a ese hombre, pero simplemente no podía parar.

¡Quiero follarlo tan bien y duro ahora mismo!

Después de lamerle todo el coño con la lengua, sin escatimar en un barrido desordenado en su agujero trasero, los ojos de Xavier estaban rojos de excitación mirando a Yan Yuchun, quién estaba tan blando como un charco frente a él, y esta vez no pudo resistirse a acercarse para chuparle los labios.

Mirando sus brillantes labios, Yan Yuchun esquivó inconscientemente la cabeza, diciendo con un poco de disgusto en su tono: "Límpiate primero".

"¡Es su propio sabor!" Xavier le apretó la barbilla sin mediar palabra y se dirigió a sus labios en un beso despiadado, envolviendo aquella suave lengua que esquivaba y se agitaba, en su boca. En el momento en que tocó su lengua, una fuerte corriente de electricidad se extendió por sus extremidades, y todo lo que había experimentado en el pasado pareció convertirse en vapor, sólo este hombre en sus brazos era real, su sabor era real, su tacto era real. Y sin embargo, era tan abominable que sólo lo utilizaba para obtener algún beneficio. ¡Para engañarlo fríamente!

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