Capítulo 99: Amando al esposo (Parte 2)

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Xavier levantó el fino camisón y la parte inferior del cuerpo de Yan Yuchun quedó al descubierto. Él realmente había ganado algo de peso después de dar a luz, por lo que todavía tenía algo de carne blanda por todo su estómago, pero a Xavier no sólo no le importaba, sino que le encantaba, y normalmente disfrutaba frotándola. En este momento su atención estaba totalmente centrada entre las piernas de Yan Yuchun. Debajo de la polla erecta, el pequeño coño femenino sin usar desde hace algunos meses brillaba deliciosamente, los labios eran gruesos y la boca de su coño estaba tan apretada que necesitaba ser desflorada nuevamente para poder echar un vistazo en el interior. Xavier respiró profundamente y no pudo resistirse a agarrar su polla y frotarla contra ella.

"Ah... Xavier..." Una fuerte sensación de placer se extendió desde el área frotada. Yan Yuchun estaba tan complacido que gritó lascivamente, y otro feroz chorro de fluido lujurioso salió del interior de su coño, derramándose justo sobre el pene del hombre. A Xavier se le cortó la respiración y volvió a frotar su polla contra el jugoso coño: "Qué coqueto, hay tanta agua, ¿tanto quieres ser follado por mí?"

Yan Yuchun le rodeó el cuello con los brazos y tomó la iniciativa de empujar la parte inferior de su cuerpo contra su miembro, jadeando: "Si quiero... Xavier... marido, entra..."

Al ver su mirada de deseo, Xavier de alguna manera sintió que había recuperado su posición dominante. Deliberadamente no penetró dentro, y sólo usó su enorme polla para moler los sensibles pedículos y los labios del coño de Yan Yuchun, mientras decía: "¿No dijo el médico que tienes que tener más de dos meses para poder hacerlo? Aún no llegamos a esa fecha, ¿verdad? Tal vez el interior no se ha recuperado todavía y está tan flojo que ni siquiera puede apretar mi polla".

Yan Yuchun lo fulminó con la mirada: "Cállate, Xavier". Luego se inclinó cerca del oído del hombre y jadeó: "Aguantará, Xavier, entra aquí y fóllame..."

Su coquetería era una tentación mortal para Xavier, y no pudo negarse por más tiempo. Apretó la cabeza de su pene en el agujero, y sin mucho esfuerzo abrió la hendidura, insertándose suavemente.

Las capas de carne eran tan familiares y apretadas como siempre, y en estos momentos estaban sosteniendo su polla hasta tal punto de placer, que el hombre empujó cada vez más fuera de control, usando su larga y gruesa vara para estirar y expandir esa boca lujuriosa llenándola completamente con su polla. En medio de semejante placer, Yan Yuchun no lo pudo soportar, y se estremeció, corriéndose en el inmediato momento en que el hombre lo penetró por completo. "... tan bueno... Xavier..."

La temblorosa polla chorreaba chorro tras chorro de semen blanco y lechoso por todo el vientre del hombre, manchando en el proceso su propio abdomen. Su carnoso canal se apretaba y mordía, como si no pudiera esperar a que esa enorme vara se moviera nuevamente dentro de él. Xavier ya se había dado cuenta de su sensible físico y ya no se sorprendió al verlo correrse así, sólo sonrió de placer: "¿Tanto me echas de menos? Cariño, no puedo creer que te hayas corrido justo después de metértela, es exactamente como la primera vez que te follé".

Yan Yuchun estaba tan feliz que las lágrimas cayeron del borde de sus ojos, su cuerpo estaba tenso y ni siquiera pudo resistirse a abrir la boca y morder el hombro de Xavier, pasando un rato antes de que se calmara un poco, "Es porque me hiciste sentir muy bien, Xavier bésame". Abrió sus sonrosados labios para recibir el beso y, naturalmente, Xavier lo satisfizo. Su gorda lengua empujó ansiosamente dentro de aquella boca para lamer su suave lengua y remover la saliva dentro, mientras que empujaba su cintura hacia arriba, facilitando la entrada de su polla en el apretado canal.

El coño de Yan Yuchun estaba lleno de líquido, y como el haber dado a luz no hizo que su vagina se aflojara, todavía estaba muy apretada, y parecía estar chupando aún mejor, haciendo que el cuero cabelludo de Xavier se estremeciera de placer. La larga y gruesa polla se olvidó de casi toda técnica y simplemente entró y salió de la cavidad por instinto. Pronto, toda la columna de carne se cubrió de líquido lujurioso, incluso chorreando sobre su grueso vello púbico, haciendo que el lugar en donde estaban unidos se mojara.

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