Capítulo 1: El chico zombie

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POV Hoshi:

El chico que caminaba con la cabeza baja, ese chico que caminaba bajo los árboles que tiraban hojas por la proximidad del otoño. La gente siempre decía que seguramente no tenía emociones, todo mundo sabía que sus padres habían fallecido en un horrible accidente en otoño del año pasado pero cuando la gente había decidido preguntar él solo se había alejado. Las personas que iban en su grado en ese entonces dijeron que todos los maestros querían hablar con él pero él solo los ignoraba o les daba la razón a todo.
Nunca parecía sentir nada, siempre estaba con su mirada firme y estaba serio, nunca lo había visto con otras personas y sus compañeros de salón decían que una vez se le había quemado la mano en laboratorio de química y él, sin gritar o expresar algún dolor la sumergió en agua y se fue a la enfermería.
Bloqueo emocional, le había oído a alguien decir que tenía eso y que muchas personas lo desarrollaban tras una pérdida muy significativa. Sus emociones eran tantas y tan fuertes que no pudieron expresarse y terminó sin sentirlas. Nada, solo siendo una persona muerta en mi vida emocionalmente.
Pero yo sabía que sí habían emociones ahí cuando era hora de recreo y él salía a los árboles, solo caminaba con la cabeza baja pero transmitía tanta tristeza, como una burbuja rodeándolo llena de depresión y problemas en los que no podía salir. Se estaba ahogando y todos lo veían normal pero aunque no quería sonar como el único interesado (porque no lo era, a las chicas les parecía atractivo que el chico fuera así) yo realmente quería conocerlo más a fondo.
Seungkwan diría que estaba enamorado del chico zombie pero yo ni si quiera era gay, me consideraba alguien que le gustaban las mujeres y solo eso así que Boo no tenía razón, lo único que sentía por el chico zombie era empatía.
Siempre el club de fotografía se reunía en el patio, podía verlo si yo estaba en algún salón cercano a donde él estaba.
Ese día entonces lo vi arrancar un cartel del baile de otoño y tirarlo a la basura, me parecía casi normal. Ni si quiera otoño aún pero ya estaba comenzando la convocatoria porque en verano no teníamos bailes grandes a pesar de lo que quizá se pensaba.
Vi a los chicos pasar y corrí hacia ellos con entusiasmo, comencé a caminar a su lado. Ellos hablaban entusiasmados y quise entrar a la conversación pero parecían ni si quiera darse cuenta que estaba ahí.
  —Soonyoung...—todos pararon al darse cuenta que estaba ahí—¿cuándo llegaste?.
  —llevo un rato caminando con ustedes.
Éramos cinco chicos conmigo pero a ellos... quizá yo a ellos no les importaba mucho. Sabía que eran mis amigos pero se juntaban ellos cuatro y a veces en sus conversaciones solo existían ellos. Estaba bien, en el fondo estaba seguro que les importaba.
Mis únicos amigos que no hacían eso eran Seungkwan y Seokmin que ni si quiera iba en la misma escuela que yo, a veces venían a recogerme a la escuela y ellos insistían en que debía cambiarme de escuela para pasar más tiempo juntos pero en realidad me agradaban mis amigos.
Iba caminando tras los chicos cuando me detuve al ver el gimnasio, habían unos tres chicos bailando. Realmente yo deseaba volver a bailar algún día pero no tenía el tiempo para meterme al club de baile a parte de que ellos lo hacían demasiado bien mientras que yo estaba un poco tronco.
Escuché algunas risas y al voltear vi a mis amigos riéndose mientras me miraban. Reí también esperando que hubieran contado un chiste y no haber sido yo el chiste.
Los viernes yo me quedaba viendo dramas en mi teléfono abrazando a mi tigre de peluche, la mañana siguiente solía ver que mis amigos habían salido de fiesta juntos. Boo siempre intentaba animarme sobre ese tipo de asuntos pero si tuviera un millón de wones por cada grupo de amigos que me había hecho eso tendría como tres millones pero lo cruel es que tendría dinero.
El grupo en el que estábamos todos juntos siempre estaba vacío, me preguntaba si entre ellos tendrían otro grupo al que se invitarían a fiestas y a juegos. Tal vez solo solían olvidarse de mi, todo el tiempo.
Salí con Seungkwan y Seokmin ese fin de semana, para olvidar ese sentimiento de ser alguien olvidado. Un fantasma. Con ellos me sentía real, eran agradables y quizá teníamos esa relación cercana porque nos conocíamos de toda la vida. Con ellos podía ser yo mismo, podía hablar tonterías sin cesar y era maravilloso, me sentía tan real, tan escuchado. Con ellos no caminaba atrás sino que iba a su paso y si me quedaba por unos segundos ellos me esperaban.

Llegué a la escuela y vi a los chicos en el salón, sonreí feliz de al menos ver a mis amigos e iba a entrar al salón antes de escuchar algo.
  —Soonyoung es gay ¿no?—dijo uno.
  —ew—los otros se rieron.
  —¿qué no viste como miró a los chicos del grupo de baile? Es tan asqueroso—se me rompió el corazón.
Otro de ellos habló, ya ni si quiera me interesaba quién era.
  —¿por qué él cree que sigue siendo nuestro amigo? Es tan infantil.
  —¡lo sé! ¡Actúa como una niña! Ahg  es tan molesto.
  —¿por qué lo seguimos aceptando cerca de nosotros?.
  —porque todo mundo dice que sus padres tienen dinero, si nos sigue creyendo sus amigos quizá algún día nos de algo.
  —o tal vez nos quiera besar.
  —yo digo que tú lo beses.
  —¡¿yo?!.
  —¡sí, tú! Tú dijiste lo del dinero así que tú deberías arriesgarte.
  —que asco—salí corriendo.
No quería llorar, no quería ni si quiera entrar a clase ahora. Solo quería ir a casa, cubrirme con las cobijas y ya no hacer nada más.
Entré a un pasillo al que casi nadie entraba y me senté en los escalones, me hice bolita y cerré los ojos dejando escapar algunas lágrimas.
Lo sabía, lo sabía. Yo era tonto, era un inútil, yo era el problema, nadie quería ser mi amigo, era mi culpa. Mi personalidad era un problema, debía aprender a no ser yo mismo para tener amigos. Tal vez si fuera más como ellos tendría amigos.
Sentí que me recorrieron y alguien se sentó a mi lado, abrí los ojos y vi al chico zombie sentado a mi lado comiendo muy tranquilo. Me miró unos segundos y luego se volvió hacia su comida, siguió en lo suyo.
Comencé a llorar en silencio, él me volvió a mirar. Ahora lo hizo por más tiempo, hizo su cabeza hacia un lado y luego sacó una servilleta para dármela y señalar mis mejillas.
Me limpié y le di las gracias por la servilleta, él ya no me miró, solo siguió comiendo.
Supuse que al sentir que lo seguía mirando me miró, puso su mano sobre mis ojos.
  —para tener ojos tan pequeños tu mirada es demasiado intensa.
  —lo siento.
  —solo déjame comer, es el único lugar donde no me miran—quitó su mano y me recargué en la pared apartando la mirada de él.
Entonces en mi vista apareció su comida, volteé a verlo e insistió como si quisiera que agarrara uno. Con algo de inseguridad agarré uno y lo miré antes de darle una mordida.
  —la comida cura todos los males ¿no?—pareció quererme regalar una sonrisa pero parecía forzada.
  —gracias.
El chico zombie no hablaba mucho pero si veía que comenzaba a llorar otra vez me distraía con algo, hacía algún comentario o algo por el estilo pero era agradable sentir que a alguien al menos por esos minutos le importaba.

We fell In Love In October •Soongyu•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora