Peter Parker sacrificios del corazón

16 Chantaje y amenazas

Peter tenía tanto odio dentro de sí, tanto miedo, tanta desesperación, en sus manos estaba la salvación de Gwen, pero eso implicaba un sacrificio, la entrega de su cuerpo.

Cuando dejó de ahorcar a la chica para poder interrogarla y obtener la ubicación de Gwen ella se mantuvo firmemente apegada a su deseo, diciéndole que eso jamás lo sabría, que una vez que él le diera lo que quería, entonces y solo entonces recuperaría a Gwen sin necesidad de que él fuera por ella, porque tenía un cómplice, un cómplice que haría lo que ella le ordenara, alguien que podía lastimar a Gwen en ese preciso instante si ella quisiera, que podría hacerle cosas horribles si él no cedía.

Al escuchar esas palabras, el muchacho quiso herirla otra vez, pero ella milagrosamente logró evitar su ataque, y de forma astuta le dijo que si algo malo le pasaba a ella, lo mismo le pasaría a Gwen.

Peter no tuvo más opción que contenerse, la foto que ella le había mostrado era una prueba absoluta de lo que ella era capaz de hacer y del poder que tenía, tan es así que el castaño incluso se arrepintió de haberla ahorcado con anterioridad, pues por mucho que temiera de esa idea, encontró bastante lógico que Mary Jane quisiera cobrarse ese breve momento que ya había pasado.

Mary Jane le dio todos los detalles de lo que quería que hiciera Peter para entonces y solo entonces devolverle a Gwen, el muchacho estaba tan mareado y aun aturdido por la impresión de saber que le había pasado a su novia y que todo era culpa de Mary Jane, lo que causó que no le pusiera atención a lo que ella le decía con detalles sobre la noche que quería que él le diera, pero poco o nada le importaban aquellos detalles, pues él seguía sumergido en su propio temor de las cosas horribles que podrían o que ya le habrían pasado a Gwen, y todo por su culpa.

Porque a pesar de que era Mary Jane quien la había secuestrado, la principal razón por la que ella lo hizo era él, por él: Peter Parker, Gwen Stacy estaba secuestrada, y todo eso se debía al inmundo deseo que sin querer había provocado en MJ. La pelirroja seguía hablando fascinada, teniendo una sonrisa espléndida de lo que quería sentir de él, pero para Peter toda esa información era basura, lo único que para él era importante y que ya había escuchado era que tenía que acostarse con MJ o nunca recuperaría a su novia.

Peter estaba dispuesto a todo por Gwen, a todo, incluso a dar su vida, él la amaba, y sabía que ella a él, sabía perfectamente que esa hermosa e inocente rubia de ojos azules era la mujer de su vida y que por ella todo valdría la pena, incluso la muerte, pero nunca imaginó que realmente llegaría el día en el que tendría que probar lo que estaría dispuesto a hacer por ella, pero así parecía ser, y lo peor era que aunque el pago que le exigían por su novia, lo que él tendría que sacrificar por ella no era su vida, si era una parte de él, Peter tendría que pagar con su cuerpo por la libertad de ella.

Sabía que al ser Spiderman enfrentaría retos que incluso podrían ser mortales, por tal riesgo, Gwen muchas veces le pidió dejar la máscara para que se alejara de todos esos peligros, pero el sentido de responsabilidad que le había dejado la muerte de su tío lo impulsaba a seguir ayudando. Pero jamás se imaginó que el reto más grande de su vida no se lo traería su tiempo como Spiderman, sino su cotidiana vida como Peter Parker, Mary Jane no estaba poniendo en peligro su vida, pero si la de Gwen, algo mucho más valioso para el chico, un acción que consideraba mucho más despreciable que la que solían tener los criminales a los que enfrentaba, y aunque para salvarla no tendría que enfrentarse a un monstruo o a las armas, si tendría que enfrentarse a una chica a la que odia, que está loca y que podría lastimar a Gwen en cualquier instante, y todo por su culpa.

Muchos podrían decir que el pago que Mary Jane le pedía era mucho más pequeño que dar la vida, que solo sería una noche y no el resto del tiempo que le quedaba, que serían solo unas cuantas horas y con una mujer hermosa y de increíbles curvas, por lo que el placer seria mayor, algunos incluso podrían pensar que era una premio en lugar de un castigo, que en vez de estar perdiendo estaría ganando.