Peter Parker sacrificios del corazón

25 .:Tragedia, Llanto y Violencia:.

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.:EL MEJOR SEXO DE SU VIDA:. DESDE LA PERSPECTIVA DE...

PETER

Agonía y sufrimiento, eso era lo que me provocaba el estar ahí metido, era un maldito suplicio. De verdad sentía que me contaminaba, que me enfermaría de alguna infección que esta puta tuviera.

Mis lágrimas caían de mis ojos, pero suponía que se perdían con el sudor que ensuciaba mi cuerpo, realmente no lo soporté más, me alejé de ahí como un látigo, hacía un segundo estaba metido entre sus piernas y al siguiente segundo mi cabeza estaba pegada a la pared de la cabecera, respirando como un loco porque me había estado asfixiando. Entre esa mujerzuela y yo había una distancia corta de poco más de un metro, pero esa escaza distancia no era suficiente para mantenerme a salvo por mucho tiempo.

Sentí que mi boca estaba hecha un verdadero asco, quería limpiármela hasta con ácido para que no quedara partícula alguna de ella en mí. Cerré los ojos y quise aprovechar estos segundos en los que ella me permitió descansar, pues también se quedó por un tiempo (corto) inerte ahí en la cama.

No veía que me miraba pero sí sentía su mirada, como si fuera algo tangible. Durante mi corto tiempo de mínima sanación escuché los rechinidos de la cama, así como la débil alerta que apenas alcanzaba a darme mi debilitado sentido arácnido, ella debía estar volviendo a mí, pero no quise abrir los ojos, la ceguera proporcionada por mis parpados eran un mínimo escudo, pero a pesar de eso... cualquier protección en este momento me era una invaluable ayuda.

Cuando la sentí cerca me moví involuntariamente, eran mis reflejos queriendo eludirla, pero a pesar de eso, solo pude esquivarla alejando mi cara de la suya, porque ahora mi cabeza volvía a estar entre las almohadas y mi cara daba hacia el techo, pero yo permanecía con los ojos firmemente cerrados para no verle su desagradable y enfermizo rostro.

Luego la sentí sobre mí, pensé que ya lo haría, pero no fue así, se sentó sobre mí pero no metiéndoselo, sino pasando su intimidad por el largo de mi pene, rosándolo sin que este entrara, podía sentir como se agitaba, como se retorcía, graznado en su excitación que yo PARA NADA compartía. Mary Jane era una arrastrada arrastrándose con toda la indecencia de la que estaba hecha, no entendía cómo es que otros hombres podían sentirse atraídos por una zorra como ella, a mí me era completamente inmunda.

Alcancé a percibir que le temblaron las piernas y se estremecía llegando a juntar las rodillas por un momento para luego volver a abrirlas más. Esto era demasiado doloroso para mí, aún con los ojos cerrados mi protección no era suficiente, moví los brazos y me cubrí el rostro para que la luz no atravesara mis parpados y así sumirme en una improvisada oscuridad, aunque hacía ya mucho estaba hundido en una oscuridad diferente que me lastimaba más que la propia ceguera.

—Peter ya métemelo, bien duro y hasta el fondo. —me dijo jadeando, ya estando muy agitada, escuchándose como toda una cualquiera, causándome más y más asco a cada palabra que salía que de asquerosa boca. —Y no temas hacerme daño, quiero sentirte así bien rico.

—"¡Que puto asco!" —pensé bajo el peso de todo este tormento. Tenía que cumplir, y ya sabía que esto pasaría, y no quería volver a oírla amenazándome con hacerle daño a Gwen, así que adelantándome a su probable amenaza... actué, mis manos me pesaban y me temblaban, apenas y alcancé a sujetar mi miembro ya herido, volví a sentir que ella se movía y entonces...

—¡OHHHHHHHHHH! —aulló como perra.

Mientras que yo solté un grito ahogado de dolor.