66 Las suplicas de un corazón temeroso

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Toda la palabrería dicha en el juicio hizo eco en sus oídos y entonces comprendió que, a pesar de su propio dolor de cabeza, a quien todo esto más afectaba, a quien todo esto lastimaba más sobre lo que estaba haciendo no era a Mary Jane, Gwen o el mismo, sino a Drake, su pequeño e inocente hijo, libre de toda la culpa de sus pecadores padres, él era más afectado, personas ajenas a él estaban decidiendo su futuro convencido que su juicio era lo mejor para él, pero... ¿Acaso era así?

Todo el mundo se alzaba el cuello y decía que sabía que era lo mejor para el niño, incluso él pensaba eso, pero nadie se había tomado la molestia ni la delicadeza de preguntarle a Drake que era lo que quería, si bien era un pequeño de escasos tres años de vida, ya sabía hablar y expresarse, ya entendía que era el miedo, el dolor y el amor, ya sabía quiénes eran indeseables y a quienes amaba, y obviamente, por mucho que el doliera y le produjera asco, sabía perfectamente que Drake amaba a Mary Jane, después de todo ella era su madre, ella era la persona más cercana a él, quien más tiempo, atenciones y amor le había dado.

Si bien Peter ya se había dado cuenta de que ella no hacía todo eso como realmente debía ser, indudablemente si lo había hecho, no de la mejor forma, pero si lo había hecho, y ahora él estaba haciendo todo lo posible por que Mary Jane no volviera a lastimar a su hijo sin detenerse a pensar en lo que él estaría lastimando a su hijo por tal acción. Se detuvo a pensar que incluso lo mejor para Peter era exactamente lo que le proponía Mary Jane: Quedarse con ellos, ser la familia que Drake se merecía.

Cuando imaginó como seria eso, el estómago de Peter pujó un poco, su pecho le dolió y lo notó pesado, se sintió mareado y respirar le era complicado. Definitivamente no podía hacer tal cosa, no lo soportaría, tal vez aquello era lo mejor para Drake, pero no para él. ¿Acaso debía sacrificar su propia salud física y mental por el bien de su hijo? Por un momento pensó que sí, que eso era lo que todo padre tendría que hacer por su hijo, sacrificarse para buscar el bien para su niño, si ya una vez había hecho exactamente eso por Gwen, tenía la obligación de hacer eso mismo por su hijo, pero también pensó que, si realmente se sacrificaba de esa forma, incluso ahora si podría llegar a morir.

Y si ese fuera el final de su sacrificio, este no había valido la pena, pues al final estaría dejando huérfano a Drake dejándolo solo para que siguiera viviendo en las nefastas condiciones en las que MJ lo criaba. No. Ni siquiera se sentía capaz de eso, ni siquiera tenía la tranquilidad de morir por lo que pudiera pasarle a Drake, se tapó la cara con ambas manos y dejó a ahora si saliera todo el llanto de desesperación que lo estaba envenenado desde dentro.

Se sentía tan insignificante, tan incompetente, si ni siquiera sabía ni que hacer consigo mismo mucho menos podría ocuparse de ser el padre que Drake necesitaba, probablemente lo mejor era dejar las cosas como estaban, que Drake siguiera viviendo bajo el cuidado de su incompetente e indecente madre y que él lo siguiera visitando de forma eventual cada semana como ya hacía, así podría ser padre sin preocuparse por los errores que pudiera cometer con su pequeño, así podría seguir viviendo con Gwen sin obligarla a hacerse responsable de un niño que no era suyo, así mantendría una considerable distancia con MJ sin llegar a apartarla por completo de Drake.

Se sentía tan insignificante, tan incompetente, si ni siquiera sabía ni que hacer consigo mismo mucho menos podría ocuparse de ser el padre que Drake necesitaba, probablemente lo mejor era dejar las cosas como estaban, que Drake siguiera viviendo ...

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Peter Parker sacrificios del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora