El amor de Peter Parker hacia las personas que lleva dentro del corazón es inmenso, tanto que por amor llegará a sacrificar lo que sea necesario, sufriendo gravemente las consecuencias, llevándolo a atravesar dolorosos momentos a los cuales deberá s...
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Dos largos y cansados meses habían pasado considerando que ella estaba embarazada, ya llevaba 7 meses de gestación y su vientre ya tenía una marcada curvatura, nada sexy en comparación a las otras que daban forma a su cuerpo, pero a pesar de todo, MJ más o menos se había cuidado como la ginecóloga le recomendó, excepto por una cosa, no había podido guardar reposo porque estaba buscando desesperada al que esperaba fuera el padre de su hijo. Fueron 8 semanas de larga búsqueda, pero al fin lo había encontrado, sin saber cómo decirle una noticia que aún ahora... ni ella misma sabía cómo afrontar.
La chica estaba a fuera del periódico el Clarín, donde había averiguado que Peter trabajaba como fotógrafo, casi todo el día se la pasó afuera del edificio, esperando a que él saliera, lo cual no era nada bueno en su actual condición. El bullicio de la ciudad de Nueva York parecía hacerse más abrumador cuando llegó la noche, si no fuera por el largo abrigo que llevaba, los turistas que pasaban se hubieran dado cuenta de su embarazo.
Empezó a llover levemente, y a los pocos minutos que inició la lluvia... finalmente sus ojos vieron lo que tanto buscaba, desorbitándose de emoción, se levantó de la banca y fue tras él, temiendo perderlo de vista por lo difícil que era seguirlo con tanta gente estorbando. Él entró por un callejón y entonces lo llamó.
—¡Peter Parker!
El muchacho se detuvo en seco, congelándose, estaba completamente inmóvil, con todos los nervios al límite y su sentido arácnido enloquecido, estaba siendo invadido por una taquicardia con tan solo apenas haber escuchado esa voz que reconoció al instante, sin tener la menor idea de que sus problemas con ella no solo no habían terminado, sino que empeorarían.
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—Peter... —murmuró Mary Jane, temerosa de todo en su mundo, incluyéndolo a él y al pequeño que crecía en su vientre.
Él no se movió, aun dándole la espalda, sintiendo que era tan pesado como la piedra, sin tener control para reaccionar o huir, y es que a pesar de todo lo que había pasado desde su escape y que logró superar su trauma, el hecho de ahora volver a estar tan cerca de ella, de tenerla a tan solo unos metros... lo hacía recaer en todo lo que vivió en el pasado, y tanto así era el miedo de Peter hacia Mary Jane que incluso pensó que ella estaba ahí para matarlo.
