Peter Parker sacrificios del corazón

23 .:El Sacrificio más doloroso:.

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.:ESE HOMBRE:. DESDE LA PERSPECTIVA DE...

PETER

Llegué sintiéndome tan insignificante, tan impotente, ni siquiera porque yo era Spiderman fui capaz de proteger a la mujer que amo, se la llevaron por mi culpa, y todo por tener la pésima y maldita suerte de que una puta se obsesionara conmigo, si hubiera aceptado esto desde mucho antes... esto no hubiera pasado, Gwen no hubiera corrido peligro, pero todo llegó a este extremo, en el que tengo que sacrificarme.

Yo sería capaz de dar la vida por Gwen porque la amo, y ojala ese fuera el sacrificio que viniera a hacer hoy, eso sería mucho más honorable, más digno y justo para ambos, pero no... mi sacrificio es dar mi cuerpo a cambio de su libertad. En mi pecado estará mi penitencia, voy a tener que estar con una mujer a la que aborrezco, a la que odio, tener que darle ese placer enfermizo que tanto busca en mí... será mi pecado.

Y mi penitencia será cargar con aquello en mi conciencia, saber que no solo fui de Gwen, sino que otra también me tuvo, y la única razón por la que estoy a punto de convertirme en tan solo un pedazo de carne es para salvar a mi novia. Espero que eso aminore la carga de conciencia que sé que tendré luego de que este infierno termine, lo único malo es que aún ni siquiera empieza y ya me está quemando, solo espero que cuando recupere a Gwen pueda mirarla a los ojos sin morirme de arrepentimiento y vergüenza.

Si así me siento antes de que esa zorra ponga sus manos sobre mí, no quería ni imaginar en el dolor que sentiría una vez que lo hiciera, y lo que aquello me dañaría.

Miré la puerta de la casa de esa basura intentando dejar mi mente en blanco, tratando de no pensar en nada ni en nadie, porque sabía que si pensaba en Gwen no tenía idea si lograría darle a esa cualquiera lo que quería, y si no lo hacía... yo no recuperaría a mi novia. Pero a pensar de cuanto me esforzaba por intentar no pensar en ella, me era completamente inevitable no hacerlo, el simple hecho de estar parado detrás de la puerta de Mary Jane me hacía sentir terriblemente culpable con Gwen, y cuanto más lo haría el hecho de entrar a esa casa y hacer lo único que podía hacer.

Levanté la mano para tocar la puerta, pero no lo hice, yo mismo me detuve, rogándole al cielo no tener que hacer esto, considerando salir corriendo de ese lugar, ponerme una última vez mi traje de Spiderman y... de ser necesario, buscar en cada rincón de Nueva York hasta encontrarla, pero ya llevaba tanto tiempo haciendo eso... sin éxito, que eso ya no era una opción.

La única oportunidad que tenía era Mary Jane, si no le deba a esa maldita lo que me pedía, aunque buscara a Gwen hasta en el mismo infierno, aquello tardaría demasiado, dándole tiempo a Mary Jane para poder decirle a Flash que la lastimara, y no estaba dispuesto a eso, de por si me repugnaba el hecho de que por mí Gwen estaba encerrada con un psicópata, si no me sacrificaba ella seguiría pagando por mi culpa, y no, no estaba dispuesto a eso.

Por lo que... odiando lo que hacía, fue que sin tener más remedio llamé a la puerta, escuchando su grito de alegría en el interior. Volvía a cerrar fuertemente los parpados intentando también cerrar mi corazón, sabía que probablemente no podría con el semejante acto despreciable que iba a cometer, pero no me quedaba más. Un par de segundos después la puerta se abrió y ella apareció, luciendo más puta que nunca. Cuanto la odiaba.

Me dijo que pasara, se quitó del camino y yo entré, dando pasos que se sentían como si caminara sobre clavos, martirizándome los pies.

—Luces sensual. —la escuché decirme, yo no me moví, aun dándole la espalada, fingiendo no escucharla, queriendo permanecer el mayor tiempo posible sin verla y teniéndola lejos de mí, entonces escuché que empezó a caminar y, aun dándole la espalda hablé: