18 Gwen vs Flash

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Dieciocho horas después de que Peter cerrara el trato con Mary Jane y de que cada uno se estuviera preparando a su manera para cumplirlo (siendo completamente opuesta a la del otro), en el otro lado de la ciudad, en ese pequeño, húmedo y oscuro sótano, una voz se hacía sonar en la fría oscuridad.

—Gwen, Gwen, Gwen... —entre las sombras se escuchó una voz realmente tétrica, y más porque ella ya sabía de quien provenía, la incandescente luz blanca de nuevo se prendió justo arriba de ella, cegándola por un momento, luego vio que Flash se acercaba, viéndose más aterrador que de costumbre. —¿Adivina qué princesa? —Gwen no contestó, mirándolo con odio y miedo al mismo tiempo —Parker aceptó, se va a acostar con Mary Jane, eso significa que pronto serás libre.

Gwen se petrificó y después empezó a respirar pesadamente, con las aletas de la nariz expandiéndose notoriamente a cada pesada inhalación, sintiendo como las pupilas se le contraían y como la sangre dejaba de recorrerle por las venas.

Gwen se petrificó y después empezó a respirar pesadamente, con las aletas de la nariz expandiéndose notoriamente a cada pesada inhalación, sintiendo como las pupilas se le contraían y como la sangre dejaba de recorrerle por las venas

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—No te ves contenta —dijo Flash con ironía, molestándola aún más —Yo lo estaría, volverás con tu familia y tu querido Parker, a menos que te haya gustado este lugar. —dijo con sarcasmo, soltando una risa baja, pero a pesar de las burlas, Gwen permaneció en silencio, llena de rabia y miedo —No te fue tan mal, no tienes ni un rasguño y te he dado de comer. —habló como si ella solo fuera una mascota. —Si hubiera sido por MJ... créeme —dijo poniéndole un poco de seriedad a sus palabras —realmente estarías muy lastimada y desnutrida, porque lo de darte de comer fue cosa mía. —habló insinuando que ella debía estar agradecida por él por aquello, pero Gwen no habló ni cambio la expresión, manteniéndose como una estatua. —En fin, ya te vas, creí que estarías feliz.

Hubo un silencio corto y luego éste se rompió.

—Flash. —dijo Gwen con decisión, hablando por primera vez desde que él llegó. —Déjame ir. —pidió con una voz dura y fría, teniendo un extraño toque suplicante.

—Y eso es lo que voy a hacer princesa, en cuanto Mary Jane me dé la orden. —explicó como si fuera un padre hablando con su hija pequeña, algo muy perturbador para la verdadera escena que había en ese sótano. —Pero te prometo que será hoy, o bueno, eso si tu noviecito no se acobarda. —se burló.

—Déjame ir ahora. —insistió la rubia ahora teniendo más marcado ese tono suplicante con el que hablaba, pero también mostrándose más decidida que antes.

—Eso no se puede bonita. —continuaba el rubio con ese horripilante tono paternal. —El pago de Parker no será hasta esta noche y como sabrás... espera. ¡Que tonto soy! —dijo sonriendo con una estúpida falsa gracia —¡No sabes ni qué hora es! —río viéndose como un idiota. —Ya es de noche pero aún no es tiempo, ya solo faltan unas cuantas horas más para que tú te vallas, o bueno, tal vez más...

Dijo como si se lamentara de aquello último, cambiando el tono de su voz y la expresión de su cara a un gesto de molestia, pero que no iba dirigido a ella, sino que era más un gesto para sí mismo, y más por como su mirada quedó en el piso, pero luego de unos segundos volvió a verla teniendo de nuevo su pesado humor.

Peter Parker sacrificios del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora