—Porque aun cuando él no me besó con la lengua, que no me manoseó con intensidad, que no me succionó los pezones como deseaba, que no restregó su cara entre mis piernas para chupármela como se debe, que no hizo tantas cosas que sé que tú sí y muchos otros sí han hecho... —especificó con malicia, —hay algo que Peter si hizo y que ninguno de ustedes ha logrado. —dijo metiéndose el dedo a la boca y luego pasándolo por su pecho, luego su estómago, hasta llegar a su vientre bajo, apretándose la entre pierna y haciendo sonidos de jadeo.
—¿Qué? ¿Meterte el dedo? —preguntó Flash entre dientes, con la mandíbula tensa, casi echando humo de lo enojado y herido que estaba, recordando todas las veces que sí lo había hecho y ella había gemido por eso.
—No el dedo... —susurró ella de forma maligna, aun mirándolo con desprecio y disfrutando de la frustración de su ex. —Su masculinidad. —remarcó, lamiéndose los labios de forma repugnante. —Esa increíble virilidad... su delicioso miembro, ¡SU ENORME PENE! —gimió estruendosamente, provocando que la vena de la frente del muchacho salteara con peligro —¡Oh ese increíble pene de Peter! —dijo recordando cómo se había sentido cuando él entró profundo en ella.
—¡Yo también te lo he metido Mary Jane! —se defendió Flash, cerrado con mucha fuerza los puños, como si quisiera golpear algo. Estaba lleno de rabia, pero no contra Peter, sino con Mary Jane, porque ella continuaba burlándose de él como si fuera basura.
—¡Si! ¡Pero nunca como él! —continuó ella de forma triunfante, alimentando más la rabia de su ex. —¡Nunca ningún hombre me había metido su pene tan duro y tan rico como lo hizo Peter! —gimió deseando volver a vivir aquella noche. —Ese pene tan rico y delicioso, es el mejor pene que he chupado y que me han metido. Y que... —agregó, ahora sí... con crueldad. —comparado con él, tu cosa no es nada.
Flash estaba desecho, con el corazón destrozado, arrepintiéndose de haber dicho todo lo que dijo, y también odiando lo que sentía, pues le había abierto su corazón a alguien que no valía la pena, sintiéndose realmente lastimado. Y lo peor era que las apuñaladas aun no terminaban, por lo que intensamente buscó pensar en otra cosa para escapar de las palabras tan lastimeras que aquella pérfida lengua venenosa le lanzaba.
—¡Ese pene! —continuó Mary Jane con obscenidad, valla veneno que escurría de su boca. —Tan firme, tan grande. —dijo moviendo las manos, marcando en el aire ese gran tamaño del que hablaba, deleitándose a sí misma. —Entrando tan veloz y tan profundo en mí... ¡Ah! —gimió al final.
Pero a Flash ya no le importó eso, porque su mente sí había logrado escapar de aquellas grotescas palabras, y al hacerlo, sin realmente ser su intención, logró llegar a una conclusión que nunca imaginó...
—Tan es así que él es quien te hizo el hijo. ¿Verdad? —reveló Flash, diciendo en voz alta todo lo que había pensado, sorprendiéndola a ella y a sí mismo.
Aquello detuvo los estruendosos gemidos falsos de la pelirroja, dejándola completamente sería, tiesa como una estatua.
—¿De qué hablas? —preguntó MJ abruptamente, genuinamente alarmada, como si a la fuerza la obligaran a ver y escuchar algo horrible, lo que en realidad estaba pasando.
—Es él... —expresó asombrado y preocupado, sin molestarse en verla a la cara, pues mientras juntaba las piezas de lo que era el mórbido rompecabezas que era la vida sexual de Mary Jane... él hablaba, pero al mismo tiempo la ignoraba, mirando al piso sin realmente concentrarse en ello, sino en... —Todo lo que hiciste por él, todo lo que me quitaste... Incluso... todo lo que esperaste.
—¿De qué hablas Flash? —repitió la pelirroja, recordando con preocupación la razón por la que había ido a buscarlo, recordando la razón por la que lo necesitaba. —Flash...
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Peter Parker sacrificios del corazón
أدب المراهقينEl amor de Peter Parker hacia las personas que lleva dentro del corazón es inmenso, tanto que por amor llegará a sacrificar lo que sea necesario, sufriendo gravemente las consecuencias, llevándolo a atravesar dolorosos momentos a los cuales deberá s...