36 Las últimas personas que se hubieran encontrado

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Gwen se encontraba sobre un mirador, y a su lado no tenía a Peter, sino Flash. Él le había pedido verla y por más extraño que pareciera... ella aceptó, pues tenía muchas cosas que decirle, o más bien recriminarle, pero cuando llegó al lugar, las palabras que Gwen había preparado en su cabeza cambiaron por completo, perdiéndose en su mente, pues cuando llegó, encontró al rubio de un modo que no esperaba en lo absoluto.

Y es que así como anteriormente Flash se disculpó con Peter, ahora también se disculpaba con Gwen, llevando a es reencuentro entre dos enemigos a otra situación, pues lo que al inicio iba a ser una reclamación y probablemente un ataque, se transformó... en una plática de reflexión.

—...Te arriesgaste incluso a ir a la cárcel por ella... y Mary Jane... —decía Gwen en medio de una extraña y complicada conversación con su ex compañero y también captor, de la que ya había olvidado como había empezado, pero que los llevó hasta este punto. —¿Qué hubiera hecho ella por ti? ¿Qué hubiera dado MJ por salvarte? —preguntó mirando lo mal que el rubio estaba —Nada. —respondió ella misma, comprendiendo que Flash no tendría la fuerza necesaria para contestar por sí mismo, o al menos para decirlo en voz alta.

—Lo sé. —respondió el basquetbolista volviéndose inexpresivo, aunque en su cabeza seguía ese gran tormento, que más que estarlo confundiendo solo lo hacía sentirse más y más pequeño, reconociendo dentro de sí lo insignificante que había sido para Mary Jane y lo mediocre que debió verse para el resto, incluyendo a Gwen. —Sé que hice mal, mucho, —especificó queriendo que ella reconociera su arrepentimiento —hice demasiado por ella, y al final no valió la pena.

Hubo un silencio incomodo entre ambos jóvenes, uno que ella deseaba romper lo antes posible, pero no hallaba la manera, no encontraba que decir ni cómo hacerlo, pues ella pensaba que sin importar las otras posibilidades que hubiera tenido Flash, nada hubiera valido como para justificar lo que sufrió Peter por su culpa, aquellas acciones que cometieron tanto Mary Jane como Flash no tenían valor alguno, pero Gwen sabía que obviamente no podía decir tal cosa, o él podría reaccionar mal para con ella.

—Me arrepiento de haber sido el sirviente idiota de Mary Jane que corría hacia ella cada que tronaba los dedos. —finalmente el silencio fue roto, aliviando a la chica. —Realmente me sentí terrible con Parker después de lo que sucedió, y que créeme que realmente no quería que eso pasara, no quería.

Gwen le había creído eso al 100%, pues a pesar de que las razones que ambos tenían para querer que aquel momento entre Peter y Mary Jane no ocurriera eran completamente diferentes... al final querían lo mismo, y en cierto modo, por más diferente que podían parecer sus razones, realmente era la misma, pues ninguno quería que la persona a la que querían estuviera con otra. Una razón iba más inclinada a los celos y otra a la empatía por sentimientos, pero el fin que buscaban era casi el mismo.

—Pero me dejé llevar por lo que sentía, por lo que creía y quería... —continuó él. —Siempre odié el hecho de lo que ella quería con Parker. —Gwen se sintió incomoda por eso, pero él siguió. —Pero a pesar de eso yo acepté ayudarla porque me supo convencer, me supo manipular muy bien. Y solo era eso... una simple manipulación para obtener lo que ella quería. —se detuvo, pero luego continuó: —Y yo que pensaba que luego de obtener lo que quería de nuevo volvería a mí como siempre lo había hecho, como solía hacer, como ya me había acostumbrado a que pasara.

—Supongo... que debía haber una buena razón para que ella volviera a ti. —dijo Gwen hablando por primera vez luego de un largo tiempo, intentando animarlo un poco y al mismo tiempo teniendo curiosidad por aquello, aun mirando hacia el frente, habiéndolo escuchándolo con mucha atención pero observando como al aire movía las nubes.

—Sí la había: Sexo. —respondió Flash con un semblante de tranquilidad y voz serena, sin quitar la vista en ningún momento del cielo delante de ellos, pues él tampoco la miraba, solo hablaban —Y en ese entonces me resultaba suficiente, pero llegó un momento en el que para ella ya no lo fue, y por eso pasó todo esto. —respiró hondo y esperó unos segundos para continuar —Y... ahora soy yo el que no cree que eso sea suficiente para volver a ella.

Peter Parker sacrificios del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora