A Emma le dio tiempo a irrumpir en el despacho de Ambrosio en lo que Combeferre se detenía menos de un segundo con Courfeyrac, que estaba histérico.
-¿Cómo puedes haberlos mandado por esa puerta? -Ambrosio se vio sorprendido de que se hubiera enterado. -Si no vuelven, puedes esperarte mi carta de dimisión.
Emma no se dio cuenta de que Buñuel estaba ahí sentado. Se miraron, pero no dijeron nada.
-Emma, ellos se presentaron voluntarios para ir. Tengo fe en que vuelvan. -dijo Ambrosio.
-¿Sí? Bien, yo también iré y me asegurare de ello.
-Emma, les queda mucho tiempo todavía.
-Eso de las cuarenta y ocho horas es la cosa menos fiable que tienes en tu libretita de puertas. -espetó. -Tienes registros muy poco congruentes.
-Está bien, ve si quieres. -dijo molesto.
Emma salió con fuertes pisadas, sin decir nada más a ninguno; Buñuel se levantó, y la siguió.
-¿Puedo ir contigo?
-Los personajes históricos no van a las misiones peligrosas. -gruñó ella.
-Por favor.
-Déjame en paz.
-Sé quien eres. -Emma se detuvo en seco, y le miró. Él parecía intentar guardar una postura autoritaria. -Y sé que lo sabes.
Se miraron, en una situación incómoda.
-Bueno, no esperes que me cambie el apellido o que te llame papá. -Emma se volvió a dar la vuelta. -Tengo prisa.
-No quiero nada de eso. -la siguió. Combeferre, Parker y Courf la siguieron también, preguntando que iban a hacer. -Pero me gustaría que nos conociésemos mejor: no todos los días uno conoce a su hija del futuro.
Todas las voces a la vez, preguntándole cosas, cuestionando la autoridad de Ambrosio, el plan que iban a trazar para cruzar la puerta, y el nerviosismo que llevaba en su interior, hicieron que apenas llegaron al pasillo de las puertas, Emma diera un grito desde el fondo de su garganta demandando silencio. Los otros cuatro presentes callaron, y todo el que estaba en el pasillo, se giró hacia ellos.
Llegó corriendo una chica, aun en uniforme; al ver a Emma, se acercó a ella, asustada y desesperada.
-Están cruzando la puerta 313. -Esperanzada, pensó que eran Enjolras y Grantaire. Parker no estaba tan segura.
-¿Quiénes?
-Los sublevados; deben de ser como quince. Están entrando en las puertas, y vienen hacia aquí.
Buñuel, el único que no sabía quienes eran aquellos sublevados, pensó que se trataban de nada menos que las tropas militares del 36, y preguntó como era posible que Franco supiera la existencia de ese sitio.
-No, esos no son. -dijo Emma con insistencia. Había agentes allí todavía, menos los que no habían salido despavoridos hacia arriba. Emma le habló a la niña. -sube y díselo a todos, Ambrosio el primero; los demás, llevad a los personajes históricos a sus puertas o a cualquier sitio seguro si esta es una más allá de la 313. -se volvió hacia Buñuel. -Tu puerta es la 53, vete.
-Ni hablar, yo me quedo. Parece que vais a necesitar ayuda.
Todos los demás salían deprisa, pero a ellos no les dio tiempo: la puerta de emergencia que conectaba los pasillos con el edificio central había echado el cierre de seguridad. Estaban atrapados.
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E P I F A N Í A ||Les Miserables (enjoltaire)
Historical Fiction1832, París guarda silencio tras el último disparo que resuena en el Corinto, marcando el fin de la revolución de junio. Cuatro amigos de la llamada sociedad del ABC despiertan en un entorno desconocido, y Emma Olivares, la responsable de su salvac...