La Navidad ya se encontraba muy próxima, y todos parecían contagiados de esa alegría colectiva que solía dar color a las calles...
Era una de las épocas que más le gustaba a Steve, que abrió lentamente los ojos y se tomó unos instantes para recordar en dónde estaba... sonrió al quitar suavemente el fuerte brazo de Thor que lo pegaba a él. Fue entonces que un dolor punzante le arrancó un quejido cuando intentó sentarse, valla que sí había sido una noche muy larga e intensa. El soldado volvió a sonreír cuando advirtió que el dios no se había despertado y junto aire para levantarse e ir a la ducha en silencio.
Es que habían aprovechado que no se los requirió para ninguna misión y con Nat y Sam se reunieron en un bar alejado del asedio del que eran presa si advertían quienes eran... bebieron y rieron devorando enormes cantidades de comida chatarra y cerveza mientras se desafiaban con bailes incoordinados como un grupo ordinario de borrachines al fondo de un bar nada ostentoso.
- Estoy tan feliz de volver a ver a este Steve... - le dijo la espía a Sam en un momento en el que Steve pretendía enseñarle algunos pasos a Thor en medio de carcajadas.
-Yo también... jamás creí que ese vikingo podría devolverle la alegría. No has sabido como sigue Barnes?
- Hace una semana hablé con T'Challa y continúa en el mismo estado. Tú crees que si despierta vendrá por Steve? - preguntó aseriándose por completo y el moreno la miró a los ojos con una expresión similar de preocupación.
El enorme guerrero nórdico tropezó y casi cae sobre todo lo que había en la mesa, por lo que las carcajadas volvieron a correr y así hasta entrada la madrugada... cuando Thor y Steve volvieron a ese cuarto que al principio al dios no le agradaba y luego se convirtió en su lugar en los nueve mundos. Ya no compraban camas porque de todos modos seguían destrozándolas, se habían dado por vencidos con ese tema, el colchón en el piso era perfecto para dar rienda suelta al deseo que los poseía cada vez con más fervor.
Se quedaron dormidos abrazados, desnudos a pesar del frío... abrigados con el calor del otro, apenas cubiertos con la capa escarlata del dios.
Preparar el desayuno para los dos se había vuelto una dulce costumbre, cuando el aroma a café invadió la modesta estancia,Thor comenzó a despertar.
- Buenos días... - le dijo sonriendo Steve preparando la mesa para ellos.
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- Buenos días... - dio algunos pasos torpes hasta Steve y besándolo volvió a abrazarlo.
- Thor se van a quemar los huevos y el tocino... quieres ducharte?
- Quiero hacerlo contigo... - lo levantó del suelo entre sus enormes brazos pero Steve luchó por liberarse riendo.
- De ninguna manera, ve a sentarte. - el tono de orden de Steve siempre exigía obediencia,hasta para él. Justo en ese momento, muy, muy lejos de allí... Shuri abandonaba su laboratorio cuando le avisaron que se dirigiera con urgencia hasta la sección donde se encontraba la cabina que contenía a Bucky.
