PECADOS

UNA DULCE CONDENA...

Había pasado ya un mes desde que Peter y Tony estuvieron a punto de separarse...

El tan ansiado cumpleaños número 18 ya estaba próximo por lo que Tony se aboco casi de lleno a organizar una celebración que fuera inolvidable...y por ese motivo tuvieron una intensa discusión en la que Peter le dejó muy en claro que no quería nada fastuoso ni exótico...sino que prefería que fuera una reunión más íntima y cálida.

Cómo no! Siendo ni más ni menos que el prometido de Anthony Edward Stark...las invitaciones estaban enviadas desde por el espacio para los Guardianes de la Galaxia, pasando por la realeza de Wakanda, hasta el Dr. Strange, que muy a pesar de Tony también estaba invitado.

Esa tarde habían quedado con Ned en aquel café al que había ido por última vez con Bucky, tan distraído estaba hablando con su amigo que no se había percatado de que el mismo se encontraba sentado en una mesa al fondo muy concentrado leyendo un libro.

Cuando lo vio sus músculos se petrificaron y el aire se escapó de sus pulmones...sencillamente vestido, con sus largos cabellos sueltos que usaba como una cortina que resguardaba su bello rostro...

Una parte del quiso correr a abrazarlo...y la otra correr lo más rápido que sus superpoderes se lo permitieran en la dirección opuesta. Ned no entendió nada hasta que James se sintió observado y levantó esa gélida mirada suya para chocar con la chocolate del arácnido que lo admiraba inmóvil y con esa adorable boquita en una o perfecta.

-Qué te pasa? - le preguntó algo molesto su amigo y él reaccionando lo arrastró cerca de la puerta.

-Necesito que me hagas un favor... déjame solo, sí? Te juro que luego te llamo y te explico todo.

-Pero...

-Si Tony te llama inventa algo...por favor...- le suplicó y el chico se fue poniendo sus ojos en blanco fastidiado, no estaba seguro del porqué del cambio tan abrupto de Peter...pero ese hombre de ojos tan claros y mano de metal (lo único que se distinguía de esa extremidad por la ropa), tenía que ver.

La verdad era que el drama que rodeaba a su amigo últimamente lo hacía extrañar épocas más simples...

Cuando se quedó sólo, fue hasta donde estaba James y él cerró el libro a la vez que le hizo una seña a una mesera para que le trajera la cuenta.

Peter no tenía idea de qué decirle, pero no permitiría que se fuera así.

- Puedo? - le preguntó casi sin voz para sentarse y Bucky no respondió, sacó de sus bolsillos algo de dinero y lo dejó en la mesa negándose a mirarlo de nuevo.

- No sabía que vendrías...ya me voy.

- Por favor...quédate.

- No.

- Sabes que no podemos hablar por teléfono... - dijo sentándose de todos modos.

- De qué quieres hablar que no pudiste antes?

- Vamos James...no seas injusto. Tú tampoco puedes acercarte, Rogers de seguro te controla.

- Escucha Peter, lo que pasó....- dijo tomándose un tiempo para buscar las mejores palabras...

- Sé que estuvo mal, no fue mi intención meternos en problemas pero...sigo pensando en ti.

- Tómalo como una despedida de soltero. - lo interrumpió y sus palabras fueron puñales...los ojos se le llenaron de lágrimas haciendo que James se avergonzara de sí mismo por ostentar esa capacidad suya para herir.

- Lo siento...

- Tienes razón...fue una mala idea. - completamente ruborizado se puso de pié dispuesto a marcharse, por eso no supo qué hacer cuando Bucky, luego de asegurarse que nadie estaba observándolos, lo tomó del brazo para hacer que vuelva a sentarse frente a él.