FUE LA PRIMERA VEZ...

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Un huracán de sentimientos y miedo lo aturdió...aunque estaba entre los brazos del ser que adoraba...

Tony lo besó buscando encenderlo con la misma intensidad de hacía un momento, que volviera a responder a sus caricias...lo animó a que le ayudara a quitarse la ropa, eso tal vez no fue tan buena idea porque unos movimientos rápidos le bastaron al chico para convertir su atuendo en jirones...qué más daba? Por fin sus pieles desnudas y abrasadoras estaban en contacto cómo si jamás tendrían que haber estado de otra manera.

Tony extendió el brazo hacia su mesita de noche en donde guardaba sus objetos íntimos para buscar a ciegas los profilácticos y el envase de lubricante...cuando los encontró Peter lo admiró a través de una intensa curiosidad...verlo allí, con sus ojos chocolate bien abiertos...y esos labios hinchados y rojos...literalmente el millonario agradeció a todas las deidades y a los universos por semejante espectáculo.

- Por qué vas a usar eso?

- No quiero lastimarte...

- No...lo "otro"... - Tony se dio cuenta que estaba refiriéndose a los profilácticos...era un reflejo, un hábito adquirido de su extensa y alocada vida amorosa...ni siquiera se le había pasado por la cabeza preguntarle a Peter si querría utilizarlos.

- Peter...es mejor que los use, ya verás. - pero no contaba con la reacción del chico que haciendo gala de una actitud bravía, se los arrebató de la mano para arrojarlos lejos.

- NO

- No?

- Quiero todo de ti - Dios!!ese ángel que no podía dejar de temblar pidió, exigió...y Tony estaba dispuesto a darle todo de sí, hasta la última gota de su sangre.

- Estás seguro? - Peter sólo asintió con la cabeza y cerró los ojos con fuerza al ver a Tony abrir ese frasco y untar la sustancia viscosa y fría que contenía en sus dedos mientras volvía a besarlo con la desesperación de saber que necesitaría una tortuosa preparación...

Peter tiritaba bajo suyo cada vez con más intensidad y no pudo ignorar como se estremeció al sentir el lubricante ya en contacto con su entrada que insistía en negarle el paso.

El aire se había congelado en sus pulmones...los dos transpiraban y podía sentir el miembro completamente erecto y ardiente de Tony rozar su pierna cuando de pronto el dedo mayor de éste por fin logro vencer la férrea resistencia de aquel anillo muscular que le prometía un placer infinito...no pudo evitar abrir los ojos y encontrarse con la mirada del mayor totalmente oscurecida de deseo...ardía de pura lujuria. Tony al fin pudo comprobar que se derretiría en ese infierno que guardaba el chico en su interior como un perfecto secreto, tal como sospechaba.

El lubricante hacía su trabajo dejando que un segundo dedo se sumara en ese juego de entrar y salir para que su esfínter se relajara lo máximo posible pero, por Dios!!era una tarea titánica resistirse a profanar ese pequeño orificio de una buena vez...siguió besándole y mordiéndole el cuello para relajarlo y para marcarlo, eso fue obvio. Al introducir uno más, vio extasiado como Peter no pudo contener una queja arqueándose...quería experimentar esa presión que estaba sintiendo en sus dedos directamente en su verga.

Finalmente Peter se dio por vencido y abrió su boca para liberar los gemidos y pequeños gritos que le arrancaban las caricias maestras del millonario que cada vez iban más profundo...hasta tocar su próstata y enloquecerlo.

Llevó sus manos que como garras se aferraban a las finísimas sábanas al cuello y la ancha espalda de ese hombre que era el objeto de su obsesión...el que le estaba haciendo delirar aún cuando un terror helado le estaba robando la capacidad de disfrutar en plenitud de aquello.

PECADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora