Dejando la laguna atrás, Dorian y Cecil se detuvieron a comer y descansar. El bosque seguía reluciendo en su entorno, pero ya las aves no trinaban, las más afortunadas dormían en sus cálidos nidos, en tanto que tres desdichadas perdices estaban siendo asadas, Cecil ya sabía que el hambre de Dorian no se saciaba tan rápido.
Mientras Cecil movía dos de las perdices sobre las brasas, Dorian, sentado en un cómodo tronco de árbol se peinaba el cabello con los dedos y se lo recogía en un rodete que sujetó con una rama lisa. Cecil se sentó a su lado mientras le daba la perdiz asada.
Dorian miró al animal muerto, sintió lástima por él, luego el hambre y la debilidad se hicieron notar en su cuerpo, agradeció en silencio por el alimento. Y mordió.
Después de comer varios bocados comenzó una charla con Cecil, de un tema que parecían tener en común.
—¿Eres amigo de los animales?
—Si soy amigo de ellos no lo sé... pero me agradan.
—¿Te gusta que estén a tu alrededor?
—Sí, tengo una gata, que ya conoces —Dorian asintió—, y Traidor...
—¿Por qué se llama así?
Cecil terminaba de asar otra perdiz y respondió enseguida.
—Porque no siempre obedece... en realidad su nombre no era ese. Se llamaba Demonio —Dorian pensó que ese nombre no podía ser más desagradable. Siguió contándole—. Las personas se alteraban cuando me oían gritar su nombre, se lo tuve que cambiar —Cecil se apenó—. Tiene cambios de humor repentinos, y por momentos pareciera que sabe lo que siento.
—Es porque lo sabe —Dorian creía que era así.
Cecil se sentó en el suelo, apoyando la espalda contra el tronco caído en el que Dorian seguía sentado. Mordió el ave que le supo muy sabrosa, el paladar de Cecil no era demasiado exigente. Apenas terminó de tragar habló.
—Tú... y Traidor congeniaron bien. Él muy pocas veces deja que lo dirija otro que no sea yo.
—¿Quién más lo ha dirigido? —Dorian no estaba tan contento por oír eso.
—Lui —Dorian se tranquilizó, Lui era un niño, Cecil no hablaba de quien él pensaba. Sonrió al recordar al niño tan amable y maduro a pesar de su edad—. Deja que cambie mi frase anterior. Tú, Traidor y Lui pudieron congeniar muy bien.
Dorian se alegró, el que lo incluyera entre los seres que eran más cercanos a él le generaba cierta satisfacción. Aunque, recordando la posición de Lui en aquel castillo y sabiendo que Cecil le brindaba un trato diferente al niño, usó esa ocasión para preguntar: —¿Lui tiene padres?
—Sí.
—¿Quiénes son?
—La historia es un poco larga, y aburrida.
—Dímela.
—Bien. Los padres de Lui llegaron una noche pidiendo refugio, eran esclavos que escaparon cuando los transportaban hacia el oeste. Regresaba de un entrenamiento con Traidor cuando los hallé fuera del castillo, ellos esperaban a que el día llegara para hacer la petición como correspondía... habían oído rumores de que la reina Cithria tenía allí a sus "niños especiales". ¡Dejarían a su hijo allí así fuera para los usos personales de la reina! Les dije que eso no era así... Al menos en ese castillo estaba seguro de que no. Insistieron, les ofrecí quedarse, podrían ser sirvientes, se les daría alojamiento y una paga. Aceptaron, pero no pasó una estación cuando comenzaron a pedirme que me encargara de Lui, no estaban satisfechos con esa vida, irían al sur por una mejor oportunidad. Me negué y les dije que lo llevaran con ellos, buscaría el modo de darles algo de valor para el viaje, pero no aceptaron nada de eso. Eso fue hace unos cuatro años —Cecil estiró las piernas para estar más cómodo, tomó agua y continuó—. Unos días después Lui despertó solo, lo habían dejado sin despedirse, lo encontré acurrucado en el suelo junto a su cama, enredado en las mantas... y llorando. No había nadie más que fuera a hacerse cargo de él... entonces decidí que le daría una infancia lo más feliz que pudiera... —Cecil recordó que su infancia así lo había sido, hasta que ya no lo fue. Cerró los ojos con fuerza y carraspeó para ocultar su cambio de voz. No quería recordar esos momentos malos otra vez y cambió el tema— Háblame de ti.
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El mago del color y el alquimista con pisadas de oro [BL] (COMPLETA)
FantasyDorian es el mejor pintor del reino, él tiene el favor de la reina, una guerrera cruel con los enemigos pero compasiva con sus artistas escogidos, en cambio, no con Cecil, que cada año es rechazado e ignorado. Tomar el lugar de Dorian en el palacio...