Recogió el pañuelo, y antes de acercarse a ver dentro del baúl, Dorian percibió la fresca fragancia a madera y pino que provenía desde el interior.
Dentro, las prendas estaban simétricamente dobladas y ordenadas por tonos. Si bien estaban ordenadas por tonos no es que hubiera una amplia paleta de colores para elegir, solo negro, blanco y dos tonos de gris.
Suspiró, absorbiendo ese aroma limpio y eligió una prenda blanca, la sacó y extendió sobre la cama, era una camisa interior. Retiró otra prenda, era un gambesón grueso de color gris oscuro, la tercera prenda que sacó era un pantalón negro. Dorian pasó las manos por esas telas, gruesas y algo gastadas, no eran la seda y el lino que amaba y acostumbraba vestir, ¡pero era la ropa de Cecil!
Nunca hubiera imaginado que tendría la oportunidad de hacer eso, entrar a su habitación y tocar su ropa. Pensando en Cecil recordó el pincel que mantenía bajo su manga. Lo sacó y lo sostuvo en su mano, luego se acercó hacia la mitad de la habitación donde la luz de la ventana entraba con mayor intensidad y lo observó. Tal como él pensó. ¡Ese era uno de sus pinceles!
Enseguida usó el pañuelo para envolverlo.
Lui esperaba junto al baúl mientras jugaba con sus manos y cantaba una canción sobre una araña, no se interesó sobre lo que Dorian hacía.
Dorian recorrió con su mirada el sitio, buscaba dónde ocultar el pincel, llevarlo consigo era una molestia.
Sabía que había sido Cecil el que se lo robó. Dorian sabía cuál era el tipo de venganza que Cecil le dedicaba cada año en el palacio cuando la reina lo rechazaba.
Se dio la vuelta y se acercó de nuevo al baúl. Miró a Lui, él seguía cantando y ahora sus manos se elevaban como escalando en el aire, al verlo, Dorian sonrió con algo de diversión.
Enseguida regresó la vista al baúl y se arrodilló para cerrarlo, antes de ponerse de pie lo movió para meter el pincel entre la pared y el baúl.
Luego recogió la ropa limpia sobre la cama y habló: —Necesito un baño de inmersión.
Lui se silenció en su canto y habló con cordialidad.
—E-e-entonces, Señor Dorian, debe seguirme —salió de la habitación esperando a que Dorian pasara y cerró la puerta.
Lui caminó siendo seguido por Dorian, llegaban al final del corredor donde estaban las habitaciones cuando dos guardias les detuvieron el paso.
—Lui, Cecil nos dijo que escoltáramos al joven —dijo uno de ellos refiriéndose a Dorian.
Lui se detuvo y dudó sobre lo que decir, no quería quedar mal frente al invitado de Cecil, su tarea era guiarlo, no iba a dejarlo solo.
—Cecil me dijo que yo lo guíe, ustedes escóltenlo pero...
—Cinco pasos detrás —Dorian terminó su frase y les sonrió, pasando luego entre ellos.
Lui lo imitó y lo guio otra vez.
Dorian veía la evidente alegría en Lui al servir, pero debía cerciorarse.
—Lui, ¿eres el sirviente de Cecil?
—Sí —el niño lo dijo con orgullo, inflando su pecho.
Dorian frunció el ceño un instante pero Lui enseguida aclaró la situación sin darse cuenta.
—Cecil me enseña a pelear y a usar la espada. !Cuando sea grande voy a ser tan bueno como él! Nadie me podrá ganar —Lui apretó los puños y le pegó al aire, luego fingió blandir una espada mientras corría hacia una batalla imaginaria.
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El mago del color y el alquimista con pisadas de oro [BL] (COMPLETA)
ФэнтезиDorian es el mejor pintor del reino, él tiene el favor de la reina, una guerrera cruel con los enemigos pero compasiva con sus artistas escogidos, en cambio, no con Cecil, que cada año es rechazado e ignorado. Tomar el lugar de Dorian en el palacio...