38. General y escudero

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Nota previa: La canción para este capítulo se llama Painkiller (Analgésico), de Three Days Grace. La elegí por la letra, cada vez que pongo una canción es porque la letra tiene una conexión con el capítulo. 

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Fray había estado esperándolo en el pasillo, Cecil parecía nervioso, salió en silencio y cerró la puerta con llave. Fray se le acercó y le habló casi en un susurro para que dentro de la habitación Dorian no lo escuchara.

—¿Es cierto que Dorian tiene magia?

—Sí —Cecil dio un paso atrás frente a la puerta y movió las manos mientras susurraba un encantamiento sobre la misma.

—¿Él está bien?

—Tal vez esté confundido —Y pensó: «Y odiándome.» Terminó de recitar el encantamiento y alzó la frente, decidido a continuar con la orden de la reina se comenzó a alejar.

Fray miró la puerta cerrada y bajó la mirada con aflicción, siguió a Cecil en silencio, llegaban al final del corredor cuando algo los hizo exaltarse, desde dentro de la habitación Dorian comenzó a gritar y a golpear la puerta.

—Eso fue rápido —Cecil se sorprendió por la velocidad en la que Dorian había roto su hechizo de restricción, que lo aislaba sonoramente y que no le había permitido moverse.

Fray corrió de regreso dispuesto a abrir la puerta, no toleraba oír a su amigo sufrir, buscó las llaves en los bolsillos, al no encontrarlas recordó por qué ya no las tenía, el general se las había pedido.

—¡Déjame abrirle! —le exigió a Cecil.

—No. Aléjate de la puerta, solo está molesto, está a salvo ahí dentro, ¿le dejaste comida?

—Sí —Fray apretó los labios.

—Bien, Dorian no sabe controlar su magia, y no quiero que la use en la batalla...

—Pero podría combinar el poder de sus padres si es que son tan poderosos como dice, ¿cierto?

—¡No, no! Él no sabe cómo —No quería ni imaginar que eso ocurriera, podía ser muy peligroso para todos que Dorian se saliera de control. Se acercó a la habitación y enunció un nuevo encantamiento reforzando el primero—. Con esto no podrá ser capaz de salir.

Fray lo observó, dudaba de las capacidades de Cecil como mago y de que pudiera contener a Dorian con esos encantamientos, el seguía gritando para que le abrieran, pero Fray terminó admitiendo que Cecil tenía razón. Se alejó sabiendo que eso era lo mejor para su amigo y confiando en que pronto se calmaría.

Con Dorian encerrado, Cecil podía dejar de preocuparse porque actuara de modo imprudente, odió tener que engañarlo, y más fue su dolor porque Dorian tenía sentimientos por él. Había ido con el único objetivo de encerrarlo, pero cuando lo vio supo que si moría sin confesarle lo que había llegado a sentir se arrepentiría en su último aliento, así que lo hizo, y Dorian le respondió de igual modo. ¡Dorian le había dicho que lo quería! Eso superó todo lo que se hubiera imaginado que pasaría en esa habitación.

Temía por lo que la reina le pudiera hacer si se enteraba que pretendía a su favorito, él, ¡que siempre había querido ganarse su favor! Pero era una preocupación, que si bien era fundada, en esos momentos no tenía tanta relevancia.

Buscó a la reina, que estaba reunida con el general y Bonduelle en un recinto junto a la armería. Ideaban el ataque al enemigo, o algo así, cuando lo vio llegar lo primero que preguntó fue por su favorito. El de ambos ahora.

—¿Lo hiciste?

—Sí, él está encerrado en la capilla —Sintió una fina punzada en su pecho porque creía estarlo traicionando.

El mago del color y el alquimista con pisadas de oro [BL] (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora