Perdí la noción del tiempo. Rich seguía besándome. Nuestros labios parecían encajar a la perfección envueltos en un suave baile, sin prisa y con tranquilidad. Pero en cuanto puso su mano en mi cintura lo separe de mi.
-Lo siento- sentí mis mejillas arder.
-Creo que ahora no podré irme- sonrió y yo reí un poco.
Escuché unos pasos apresurados acercarse por el pasillo fuera de mi habitación y la puerta se abrió de golpe. Laura entró visiblemente preocupada y al verme soltó un suspiro de alivio.
-¿Qué pasó? ¿Cómo te sientes? ¿Estas bien? Tu mamá me dijo que te sentiste mal- dijo de prisa.
Empujó a Rich y el se levantó mientras reía de ella. Laura se sentó a mi lado y tocó mi frente con su mano mientras que con la otra tomaba mi pulso.
-Estas caliente, tu rostro está demasiado rojo. Tendré que llamar al médico- saco su celular para marcar y se lo quité de inmediato.
-¡Laura! Tranquila, ya me siento mejor- tomé sus manos y la hice verme a la cara.
-Pero estas roja...- volteó a ver a Rich, quien estaba de pie detrás de ella y luego volteó a verme a mi con los ojos entrecerrados -¿Qué estaban haciendo?- una sonrisa pícara se formó en sus labios.
-Laura... no empieces- mis mejillas no podían estar más rojas.
-Me hubieran avisado para cuidar la puerta, la dejaron abierta- le dí un golpe en el hombro y Rich soltó una carcajada.
-No estábamos haciendo nada ¿verdad Rich?- dije viéndolo, con mis ojos le supliqué para que mintiera por mi.
-No... solo conversábamos- dijo nervioso.
-Creí que ya te habías marchado Rich- dijo Laura volteando a verlo.
-Preferí quedarme un par de días más-
-¿En serio? ¿Qué te hizo cambiar de opinión?-
Con la mirada le pedía a Rich no decir nada.
-Adele y yo necesitamos hablar algunas cosas, ya sabes, trabajo- dijo sin verla.
-¿Desde cuando eres deportista?- volteó a verme sonriendo, obviamente no había creído nada.
-Laura, ya basta. Te contaré después- La empuje de la cama para que se levantara.
-Esta bien, esta bien... Los dejaré solitos- sonrió y levantó una de sus sejas.
-Gracias- señale la puerta al ver que ella no salía.
-Ya me voy- levantó los brazos en alto y salió casi corriendo cerrando la puerta tras de ella. -¡Cuídare que nadie venga!- gritó desde afuera.
-¡Laura, ya vete!- dije riendo pero fingiendo enojo en mi tono de voz.
Rich solo reía de nosotras mientras se mantenía de pie frente a los pies de mi cama.
-Adoro tu relación con Laura- dijo casi a carcajadas.
-Es como mi hermana pero aveces olvida el significado de la privacidad- tomé una almohada y la abrace contra mi pecho, mi pecho subía y bajaba como si hubiera corrido un maratón.
Hubo un silencio incómodo y evite verlo a la cara. Sentía mis mejillas aún rojas y calientes después del beso que nos habíamos dado.
El volvió a sentarse a mi lado y lo vi nerviosa.
-¿Quieres ser mi novia?- dijonde golpe. Tomó mi mano y yo lo vi sorprendida.
-Yo... no se- mis palabras salieron como balbuceos. Me había tomado desprevenida.