Miraba al techo sin saber que hacer, mis lagrimas salían debido a la impotencia que sentía. Trataba de quitármelo de encima pero parecía ser imposible. El disfrutaba de mi dolor y de que le dijera que parara.
-¿Señora Adkins?- dijo el abogado frente a mi.
-Disculpe ¿qué fue lo que me preguntó?- dije saliendo de mis pensamientos.
-¿Esta bien? Si quiere podemos tomar un descanso- dijo entregando un vaso de agua.
-No, estoy bien. Continúe- bebí un poco de agua para aclarar mi mente.
Nos encontrábamos en el tribunal. Me estaban preparando para el juicio que sería en dos días.
-Le pregunté ¿cómo fue que quedó embarazada?- repitió.
-Creo que fue en una de las tantas ocasiones en que Chris me violó- dije bajando la mirada.
-¿Ustedes tenían relaciones consensuadas durante su matrimonio?- pregunto dándome la espalda.
-Al principio si. Pero después de que me entere de su infidelidad ya no quise estar con el. Sin embargo el no aceptaba un no por respuesta-
-¿Por qué decidió seguir con él?- pregunto volteandome a ver.
-No fue mi decisión. El me amenazo- dije seria.
-¿Cómo?- dijo curioso.
-Cuando nos casamos firmamos un contrato prenupcial, el cual no leí por completo. Había una cláusula que marca que no podía divorciarme de Chris hasta después de 3 años de matrimonio-
-Usted ¿lo sabía?-
-Si. Pero en ese momento confié en el. Estaba embarazada, enamorada. Por un momento creí que jamás nos esperaríamos. El me convenció de ello- dije con ganas de llorar.
-Adele, tiene que saber que el día del juicio el abogado defensor hará todo lo posible para voltear la historia en su contra. Querrá hacerle creer que usted tuvo la culpa, todo con tal de hacerla quedar mal frente al jurado- dijo con seriedad.
-¿Cree que podamos ganar el caso?- dije sin titubear.
-Sin duda será difícil pero estoy seguro que con un jurado justo y con todas las pruebas que tenemos a nuestro favor podremos ganar- dijo sonriendo.
-Eso espero- dije tratando de sonreír.
Al terminar salí acompañada por Laura h la detective Williams.
-¿Quieres que vayamos por un café?- dijo Laura.
-Prefiero ir a casa, Lau- dije sin ánimos.
Escuche un celular sonar pero no preste atención.
-Adele, es tu teléfono- dijo Laura.
Jonathan me había comprado un nuevo celular para estar en contacto con todos pero estaba tan acostumbrada a ya no usarlo que lo había olvidado.
Lo saqué de mi bolsillo y efectivamente era el que sonaba. El número que llamaba aparecía en privado y dudé en contestar pero igual lo hice.
-¿Hola?- dije nerviosa.
-Hola preciosa- me detuve en seco -¿Cómo estas mi vida? Extrañaba escuchar tu voz- dijo en un tono coqueto.
-¿Qué es lo que quieres?- dije molesta.
-Tranquila. Solo quiero saber cómo estás y también quiero saber si piensas seguir con esto-
-No descansaré hasta verte en la cárcel.- Laura y la detective me miraban intrigadas.
