Habían pasado un par de días desde que mi vida comenzó a ser una tortura. Los moretones iban desapareciendo poco a poco de mi cuerpo pero iban siendo sustituidos por otros ya que a Chris se le había echo costumbre golpearme cada vez que yo le llevaba la contraria. Todo este tiempo había estado encerrada en mi propia casa, no tenía llaves ni podía pedirles a mis guardaespaldas ayudarme a salir porque Chris los había despedido poniendo a otros a su cargo para cuidar que yo no saliera ni a la esquina. No podía llamar a nadie porque mi celular fue destruido y los teléfonos de la casa simplemente no funcionaban. Todo lo que hacía durante el día era limpiar la casa, cuidar a mis hijos y preparar la comida. El único que salía de casa era Angelo acompañado de Chris, pues el no podía sospechar nada acerca de cómo me trataba porque podria contárselo a Simon. Angelo veía mis golpes pero yo le decía que era una alergia en la piel y el siendo tan inocente se lo creía.
Hoy no había guardaespaldas, habían salido a comer y era la hora en que Chris llegaba con Angelo de la escuela pero no aparecía y se estaba haciendo tarde. Asome mi rostro por una de las ventanas y vi al patio completamente solo, el sol brillaba con intensidad haciendo ver al cielo de los Angeles más azul de lo normal, quise estar afuera y sentir el calor en mi piel pero no podía, ya había buscado la forma de salir si quiera al patio pero era imposible, yo misma me había encargado de hacer esta casa lo más segura posible. Un par de segundos después vi al auto de Chris entrando al patio. El bajo del auto y camino a pasos grandes hacia la casa, por su expresión supe que estaba molesto, como siempre, pero a quien no vi con el fue a Angelo.
Corrí a la cocina y servi su comida lo más rápido que pude.
-¿Aún no tienes lista la comida?- dijo molesto.
-Ya está lista, solo que aún no la había servido para que no se enfriará- dije nerviosa.
Servi su plato y después lo vi, dudosa de preguntar.
-¿Donde esta Angelo?- tartamudee un poco.
El cerro los ojos y se recargo en una silla -Carajo, olvide pasar por el- dio un golpe a la mesa haciéndome saltar del susto.
-¿Como que lo olvidaste? Si siempre pasas por el. Tienes que ir por el, ya debio haber salido de la escuela- dije alterada.
-Estoy demasiado cansado- busco en uno de sus bolsillos y saco las llaves de su auto -Ve por el- me las entrego y comenzó a comer.
Vi las llaves como si fueran un pozo de agua en medio de un desierto, estaba dispuesta a escapar y que el jamás volviera a saber de mi.
-Bien.. iré por Laurie a su habitación- dije nerviosa.
Iba a salir de la cocina cuando el me tomo fuertemente de la mano.
-¿Me crees idiota?- dijo con sarcasmo. -A Laurie la dejas, ve tu sola y regresa rápido sino quieres afrontar las consecuencias- me soltó y volvió a comer.
Mis ojos se inundaron de lágrimas, mi oportunidad de escapar se había ido a la basura.
Fui a mi habitación y tomé unos lentes de sol para ocultar el gran moretón en uno de mis ojos en caso de ser vista por algún paparazzi.
Chris me abrió la puerta principal y me acompaño a subir al auto.
-Cuidadito con hacer una estupidez porque te juro que en tu vida vuelves a ver a Laurie- dijo viéndome a los ojos.
Trague saliva y encendi el auto. Conduje hasta la escuela de Angelo y pude notar a un auto siguiendome pero no le tome importancia. Cuando llegue a la escuela ya no había nadie más que una maestra acompañando a Angelo. Estacione el auto y baje para que me lo entregaran.