Hoy había sido cumpleaños de la madre de Simon y llevo a los niños para festejar en su casa, sin embargo no tardaban en regresar y tenía que hablar con el.
Pude escuchar un auto detenerse fuera de mi casa y por la risa de los niños pude deducir que eran mis hijos. Tan solo unos minutos después la puerta principal se abrí y ellos entraron corriendo, en cuando me vieron corrieron hacia mi para ver quien lograba abrazarme primero.
-¿Cómo les fue?- dije mientras los abrazaba.
-Muy bien mami. La abuela hizo pastel de chocolate- dijo Angelo alegre.
-¡Yo comí muchísimo!- gritó Laurie eufórica.
Voltee a ver a Simon con desaprobación. Laurie no podía comer tanta azúcar porque después no podía dormir.
-Es que estaba muy bueno- dijo encogiéndose de hombros.
-Esta bien, vayan a sus recámaras y dúchense, en un momento subo para ayudarlos. Despídanse de papá- dije sonriendo, para los cuatro era natural decir que Simon era el padre de ambos aunque Angelo también sabía que no era así.
-Adios papi, te amo muchísimo- dijo Laurie extendiendo sus brazos para que la cargara.
Simon sonriendo la cargo y abrazo.
-Te amo más princesa, trata de no darle mucha lata a mamá- dio un beso en su mejilla y la volvió a bajar al piso.
De igual forma se despidió de Angelo solo que en lugar de abrazo hubo un choque de puños, mi pequeño ya no era tan pequeño.
Ambos subieron a sus habitaciones y en cuando ya no pude escucharlos comencé a hablar.
-Perdón por lo del pastel, no pude resistirme a su carita cuando pidió más- dijo Simon apenado.
-No te preocupe por eso, da gracias de qué mañana no tienen clases- dije sonriendo -Pero no es de eso de lo que quiero hablar- con la mano le indique que pasara a la sala.
-Espero que no sea nada malo- dijo nervioso.
-Yo también espero que no- dije sentándome en un sofá y él lo hizo igual pero frente a mi.
-¿De que se trata?- dijo intrigado.
-Quiero volver de lleno al trabajo- dije entrelazando los dedos de mis manos.
-Oh... bueno, eso no tiene nada de malo- dijo aliviado.
-Tendré que volver a Los Ángeles- dije sin más.
-Wow- dijo sorprendido.
-Se que es apresurado...-
-No para nada- dijo interrumpiéndome -De hecho, estaba pensando en decirte lo mismo- dijo sonriendo.
-¿De verdad?- dije sonriendo.
-Si. No quería hacerlo porque tú vida y la de los niños está aquí y no quisiera alejarme de ellos y menos por trabajo. Pero si tú también te irás no hay que esperar más- dijo encantado.
-Gracias Simon- dije más tranquila.
-Por tu cara supongo que no es de lo único que quieres hablar- dijo observándome detenidamente.
-No, creo que lo de mudarnos era lo de menos- dije nerviosa de nuevo.
-¿Pasa algo con los niños?-
-No en realidad- limpie el sudor de mis manos en mi pantalón -Es sobre Chris- estaba harta de aun tener que hablar de él.
-¿Te hizo algo?- dijo ahora molesto.
-No... cuando fui a Los Ángeles lo volví a ver y hablé con el-