0.7

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—¡Matthew, Matthew! ¡Levántate joder!— Clar me estaban sacudiendo mientras parecía asustado.

Abrí los ojos con pereza y mire el cuerpo desnudo a mi lado, la cubrí inmediatamente y me senté mirando a Clar con cara de pocos amigos. Esto se le está haciendo costumbre.

—¿Qué carajos quieres?— susurré para no despertar a Karina.

—Me metí en un serio problema, hay un hombre allá abajo con una escopeta queriendo matarme— me pase la mano por la cara.

Ksuall.

—Déjame dormir joder— le reclame volviéndome a acostar pero el me detuvo y me agarro del brazo sacándome de la habitación.

—Quiere matarme— suspire. ¿No he dicho lo mucho que lo odio?

—¿Por qué?

—Me case...— dudo.

—¿Con quién?— pregunté extrañado.

—Con Sandra— sus mejillas se pusieron rojas y yo lo miré perplejo ¿Que carajos?

—Estas borracho, deberías ir a darte una ducha y luego a tomar un café — me di la vuelta para irme pero volvió a llamarme.

—No, cuando ella se fue a su casa me di cuenta del papel que traía en mis bolsillos— rebusco nervioso y luego me entregó lo dicho y empecé a desdoblarlo con curiosidad— los guardias me han dicho qué llegaron hace media hora— lo mire.

—¿Quienes?

—Su padre, su hermano, su madre y ella— asentí con un poco de decepción. Seguí leyendo el documento y mire a Clar, por alguna razón esto se me hacía ridículo.

—¿Cual es el problema? Ahora mismo llamas a tu abogado y dirás que resuelva esto, no han consumido el matrimonio por lo tanto no te ves en la obligación de darle nada— él negó.

—No— lo mire con el ceño fruncido.

—¿No?

—Ese es el jodido problema, que yo no quiero y su padre sí— lo miré incrédulo.

—Deberías ir a un psicólogo, hermano. Cada día estás más loco— busqué mi teléfono y empecé a marcar el número del abogado de papá.

—No lo hagas Matthew, no quiero hacerlo— baje el teléfono y colgué.

—¿La amas lo suficiente como para cometer semejante insensatez?— erigió la espalda.

—Si.

—Espero que estés seguro de lo que haces. Pero te apoyo si estás seguro Claire, no quiero mamadas— asintió con una sonrisa de oreja a oreja. Gire para irme a mi habitación.

—¿A dónde vas? Hay un señor ahí afuera esperando para matarme y dijiste que me apoyarías— negué deteniendo el paso.

—Tengo una chica desnuda en mi cama esperándome— le guiñe el ojo y entre a la habitación donde estaba Karina estrujando sus ojos.

—¿Qué hora es?— pregunto cuando me miro.

—Hora de follar— me lancé sobre ella abriéndole las piernas y quitándome el bóxer. 

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—Entonces... tengo que acompañarte para que sus padres empiecen a tenerte un poco más de confianza — asintió. Seguimos caminando en busca de nuestro coche 

—Eso es ridículo Clar, tiene veinte años, pelos en los tres lados prohibidos y está follada, ¿por qué te la follaste no?— se sonrojo.

—No voy hablar de mi vida sexual contigo. El caso es que, me dijeron que si llevaba a alguien de mi familia aceptarían que comenzáramos a empezar nuestro matrimonio legalmente.

Lo Siento, Francés #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora