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Matthew Me ofrece su mano para ayudarme a subir las escaleras, pero es realmente tono que el intente ayudarme cuando el esta apunto de perder la conciencia por el alcohol.

Sonrió antes de tomar su mano y me asombro cuando me jala contra su pecho y da un beso en mis labios aún sin importarle que estemos en un lugar con muchas personas y en el balcón esten nuestros acompañantes. Sus labios van a mi oído donde susurra algo inaudible para mi.

Suspiro el delicioso aroma de su loción mientras Matthew besa mi cuello sin ninguna vergüenza.

Habíamos estado bailando mucho, moviéndonos de un lado a otro y en ningún momento nos habíamos separado o bueno Matthew no se había ido de mi lado en ningún momento. Luego nos sentamos en la barra donde pedimos unos tragos y a Matthew se le fueron las copas.

—Matthew— lo llamo fuerte para que me escuche.

—Eliza, mi Liza— algo dentro de mí se movió ante su tono— Quiero tenerte siempre entre mis brazos.

—Debemos subir— ignoró sus palabras y me suelto de sus brazos— nos están mirando— mentira, todos están en otro mundo.

—Me quiero ir a casa— murmura restregrando sus ojos y ese gesto me hace derretir. Joder este hombre puede ser más perfecto.

—Le avisaré a Sebastián, espérame aquí.

—Como digas bonita.

Voy corriendo hacia donde Sebastián esta en una conversación con una chica morena, Sandra y Clar no están por ningún lado así que supongo que no tengo más opción que decirle a Sebastián.

—Sebas— le llame y este me mira.

—¿Qué sucede hermosa?— me pregunta con una sonrisa.

—Matthew quiere irse a casa— le digo y este ensancha su sonrisa. Lo veo meter su mano al bolsillo y dármelas.

—Sean niños buenos— abro mis ojos indignada. Sebastián también esta borracho. 
¡Joder! Vuelvo donde deje a Matthew pero no esta.

Lo busco por todo el lugar y no me toma mucho tiempo encontrar al rubio alto que resalta en la barra. Doy un suspiro cuando me acerco hacia el y ¡sorpresa! Hay una chica con el. No puedo evitar sentir enojo y hacerle mala cara cuando estoy a su lado. Este me mira y alza las las manos.

—No le he llamado yo, tampoco le hable— su confesión me hace gracia pero no quito la mala cara.

—Te llevare a casa— le muestro las llaves y el rubio sonríe.

—Espero llegar con mi vida— lo miro indignada. Mi piel se eriza cuando toma mi mano y nos guía a la salida. Siento un alivio cuando salimos de la multitud, rápidamente suelto su mano y caminamos hacia el estacionamiento.

Matthew vienen tanteando una canción mientras me sigue. Presiono el botón rojo de las llaves y la alarma del carro suena, camino hasta este y mete la llave en la puerta pero un puedo abrirla cuando soy estampada contra este.

—Matthew— chillo cuando siento algo duro presionarse en mi espalda y a Matthew besar mi cuello—  ¡estas loco!

—Te deseo bonita— de un rápido moviendo me gire y estoy frente a él. Sus ojos azules resaltan en su rostro junto a sus pupilas dilatadas— Quiero volverte hacer mía, joder no me aguanto— su boca busca la mía mía un beso violento, sus manos tocan mi cadera y bajan a mis nalgas mientras su lengua busca paso a la mía.

Sus labios son suaves y delgados, se siente como besar al cielo. Muevo mi boca al mismos tiempo que la suya mientras sus manos recorren mi cuerpo, llevo mis manos a su cuello y lo inclinó más hacia mi. Sus  manos van a mis muslos haciendome enrollan las piernas en sus caderas. Gimo cuando su tronco duro roza mi intimidad y eso lo enciende más.

Lo Siento, Francés #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora