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Sonreí una vez más ante la pequeña Mae que dormía plácidamente, el corazón se me aceleró cuando tomo mi dedo entre su pequeña manita y lo sostenía al dormir.

Solté un suspiro ante el puchero que hizo, Dios, como un bebe podía ser tan tierno y hermoso.

Mire con desdén a Sandra desde mi lugar acomodar las cosas de la bebe en su maleta.

Sandra cuando salió del hospital había estado acá en casa de mamá, le habíamos estado cuidando desde que Clar se tuvo que ir junto a su hermano a Francia por una emergencia, pero este le avisó que llegaría hoy en la noche y partirán mañana  en la tarde a su casa en Catana.

Me aflige el hecho de que tengan que llevarse a las niñas cuando apenas y puedo estar pasando tiempo con ellas. Ellas me daban alegría y me sacaban sonrisas aún cuando volvía a sentir ese vacío en mi pecho.

Estos últimos meses que Sandra se había quedado con nosotros acá me había acostumbrado a todos ellos y el que se fueran me afectaba aunque no lo demostrará. 

Además me afectaba un poco el hecho de que mi salida con el francés debió de ser hace una semana y por el motivo de su viaje no pudo ser, aunque sí cumplió con traer el cine a los niños.

—Tienen una casa acá en el pueblo— hable alejándome de la niña para sentarme junto a Sandra  y ayudarla a organizar— sólo tienes doce días de haber dado a luz, podrían quedarse un poco más— Sandra me miró sorprendida. Bueno, es entendible, yo nunca le había pedido a nadie que se quedara conmigo.

—Liza hermana ¿te sientes bien?— bromeó Sandra tocándome la frente.

—Solo… Quiero estar un poco más de tiempo con mi familia completa— dije levantándome y caminando por la habitación—  me aburrire aquí sola.

—Están mamá y papá.

—Mamá está en su mundo de la cocina y papá solo está en el taller, además Sebastián se la pasa viajando a Catana y yo aún estoy discapacitada para trabajar.

—Podría venirte a Catana con nosotros, tienes un apartamento allá– fruncí el ceño ¿Irme a Catana? ¿Cuando tuve el dinero para comprar un apartamento?

—¿De qué hablas? 

—Si, tiene un título como arquitecta y el apartamento se lo compraste cuando te fuiste y empezaste a ejercer tu profesión— hice una mueca maldiciendo el hecho de no acordarme de nada.

—No recuerdo nada de mi carrera— me bufé— tampoco haber comprado un apartamento, ese dinero lo pude haber utilizado para la operación de…

—Oh, hermana, cuando eso  pasó ya Damian tenía dos años de haber fallecido— Sandra parecía arrepentirse de lo dicho y negué.

—Ya no quiero que te retengas de hablar sobre Damian enfrente de mí, también era tu hermano y te dolió tanto como a mi su partida— suspiré con fuerza sintiendo un dolor en el pecho— Damian merece descansar en paz y yo merezco seguir viviendo.

Sandra se me quedó viendo pensando en si creerme o no, pero al final simplemente asintió.

—Creo que iré donde papá— me acerque besando su mejilla— te veo en en el almuerzo— salí de la habitación tan rápido como pude, contuve las lágrimas y lo acepte. 

Damian me dolerá siempre, pero él ya no está y debo aceptar que no solo a mi me dolió su partida, a todos les afectó.

•••

Suspiro al llegar al taller de papá, estaba muy lejos de la casa y el que me haya venido caminando no me ayudaba a nada. Aún se me dificulta caminar con normalidad  y un dolor se instala en mi rodilla derecha cada vez que doy más de diez pasos.

Lo Siento, Francés #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora