¿Qué hubiera pasado si Lizza hubiera conocido antes a Matthew?
Liza: 2012
Anuncio de la boda de Clar y Sandra.
Casa Andrade.
Deslizó mis dedos sobre la delicada tela del vestido azul de Sandra poniendo una mueca ante semejante prenda extravagante y ridícula.
Se casó, la muy estúpida amarró su vida a un hombre estando borracho. Ven, por eso no hay que tomar mucho alcohol; bueno, por lo menos se casó con un bombón, me cae bien y todo, pero aun no me hago la idea de ver a mi hermana casada con alguien... Así.
Siempre la imaginé teniendo la boda del sueño, rosas blancas, un enorme vestido estilo Disney, entrando a una iglesia de la mano de papá, como lo es la muy estúpida. Pero no, ahora tengo que soportar a un francés de mierda que nunca mira por donde camina.
Sandra sale del baño cantando una canción por lo bajo mientras sonríe. Me aclaró la garganta haciendo que me mirara con el ceño fruncido.
—¿Qué haces aquí Liza?— pregunta mi hermana mayor mirándome de arriba abajo— ¿por qué no estás lista?— su voz sale en un reclamo, me encojo de hombros y caminó por su habitación.
Abro la ventana por donde miro varios coches llegar y supongo que es la familia del esposo de Clar.
—No quiero ir, me quedaré con Damián en mi habitación— volví la mirada a Sandra que estaba empezando a vestirse con una mueca en la cara.
—Eres mi hermana debes asistir, no puedes dejarme sola, me sentiré mal— alzó una ceja, rio.
—Estás tratando de manipularme— murmuró moviendo la cabeza en forma afirmativa.
—Eliza madura, tienes diecisiete años, pienso dieciocho. Tienes que estar ahí, vamos se una buena hermana y ayuda con el cierre.
Bufo acercándome a ella para subir la cremallera en la parte trasera de su vestido, doy la vuelta quedando enfrente de ella, alzó la mira porque mi hermosa hermana es mucho más alta que yo, todo el mundo es más grande que yo.
—Iré, pero me harás paella luego, sólo para mí.
No la deje hablar, pues salí de la habitación caminando por el suelo frío de mi casa, mi dulce hogar. Eran aproximadamente las cinco de la tarde o eso decía mi reloj, mamá se había vuelto loca cocinando de todas especies y decorando la casa para recibir a sus consuegros.
Dos voces en susurro llegaron a mi oído junto a unos pasitos, sonreí por inercia y me gire atrapando a Damián en mis brazos, empezó a patalear y gritar mientras reía, Vale a su lado pedía que la alzará. Baje a Damian y la alce a ella dándole besos en el rostro.
—Pero mira que guapos estais, son los más lindos esta noche— me agacho a su altura— os voy a decir un secreto, acercaos— ellos lo hicieron y cuando estuvieron a la par de mi baje la voz simulando un secreto— vais a opacar a la novia.
—Yo soy hermoso Liza, Vale y yo también nos vamos a casar — vi el rostro de Vale ponerse rojo.
—Yo les daré mi bendición— beso las mejillas de antes, Damian todo las manos de Vale para empezar a correr— No hagan muchas travesuras o les saldrá el coco.
Me levanto para caminar a mi habitación pero el ruido proveniente del baño, me pone alerta y en pocos minutos estoy en la puerta escuchando maldiciones, pisadas fuertes y algo como cayéndose.
—¿Necesitas que llames a los bomberos?— pregunte escuchando un "mierda" en francés, estudiarlo me ha ayudado mucho— contesta o voy a entrar.
—Mierda, solo vete.
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Lo Siento, Francés #3
Teen FictionA veces los sueños se vuelven reales. Publicado: 12/09/2021 Hora: 11:37 NO PERMITO COPIA, PLAGIO U DISTRIBUCIÓN SIN MK CONSENTIMIENTO O HABRAN CONSECUENCIAS LEGALES.