Lo Siento, Francés #3

18

Una luz pálida se cierne sobre mis ojos, la cabeza me duele y no puedo procesar lo que pasó. En un movimiento creó a él francés sentado a mi lado con cara de preocupación mientras recuerdo lo que pasó con Sandra.

Me siento rápidamente asustada mientras veo que el francés me mira y suspira al momento de acercarse más.

—Joder Liz, me asustaste mucho— ignoró sus palabras.

—¿Sandra, como esta? ¿Dónde está?— intenté levantarme de la cama, pero fui detenida por Matthew.

—Te has desmayado por el shock, el médico dijo que al despertarte esperaras unos cinco minutos al levantarte o sino te daría un dolor de cabeza insoportable.

—Sandra...— me interrumpe.

—Ella está bien, su parto fue complicado pero ha dado a luz un hermoso bebé rubio— sonrió ante la mueca que hace— increíble que en tantos años apenas tienen tres hijos— alzó una ceja— fuera yo ya tendríamos como nueve— sus palabras me hacen reír.

Por un momento ambos nos quedamos en silencio y mirándonos, una sola cosa pasa por mi mente y es esa pregunta que me hace sentir que el rubio y yo ya hemos tenido una larga historia que no logro recordar. 

A la misma vez que siento mi cuerpo estremecerse ante su presencia, sentirme tan intimidada bajo su mirada, sentir la necesidad de estar bajo su cuerpo abrazada a él y sinceramente me hace sentir bien estar a su lado.

Realmente quiero saber por qué siento este sentimiento hacia él, quizás no lo recuerde pero mi mente y mi cuerpo al mismo tiempo que mi corazón si pueden reconocer si él y yo tenemos realmente una historia.

—Matthew...— murmuró— ¿Por qué lo hiciste?— él mira confundido.

—¿Por qué hice qué?

—¿Por qué anoche me besaste?— él sonrió, mi pregunta parecía agradarle.

—Eso no fue un beso Liz— no dejo de mirarlo, sin embargo me siento 
intimidada cuando se acerca a mí y toma mi barbilla— esto es un beso.

En el momento que sus labios suaves y dulces están sobre mis labios me pierdo, al principio solo los preciosa y luego se aleja a mirarme como si me pudiera permiso. 

No me niego, simplemente dejó que sus labios vuelvan a estallar contra los míos en un beso suave. Sus labios jalan los míos con delicadeza y siento que voy a desfallecer, cuando sus dientes muerden mis labios mi respiración se corta y cuando sus manos van a mi cintura no soy consciente de lo que hago.

Simplemente me dejo guiar por el suave ritmo de sus labios sobre los mío, su manos en mí cintura son una cosa fascinante al igual que mis manos van a su cuello. El beso en ningún momento aumenta su velocidad sin embargo siento que voy perdiendo el control de mi misma y son sus labios los que me guían.

Mi respiración es pesada, mi corazón está acelerado, ni siquiera tengo el control sobre mi cuerpo y lo peor es que Matthew aleja sus labios de los míos.

—Moría por hacer esto— su frente está pegada a la mía, sus ojos están cerrados y sus manos siguen en mi cintura.

—¿Ya te conocía o es simplemente una atracción?— le preguntó y él abrió sus ojos sin alejarse.

—Te lo contaré todo, pero ahora solo déjame enamorarte— por algún motivo sonreí— déjame sentir que puedo recuperar todo lo que perdimos y poco a poco tú misma irás conociendo aquello que vivimos juntos. 

—Amo a David— siento como se tensa.

—Antes del accidente ya no lo amabas— murmura él tan seguro de eso.