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26. las veinte preguntas

"Señor, quisiera saber quien fue el loco que inventó el beso."—Jonathan Swift

La vista desde el departamento de Seokjin era realmente bonita. Yoongi le había pedido que dejaran la mesa para hablar más cómodamente. Seokjin entonces le ofreció su habitación pues era la que tenía un ventanal que daba a la ciudad y con el sol empezando a esconderse daba una imagen preciosa.

Tomaron asiento en el pequeño sofá que se extendía contra la pared de la ventana.

—La razón por la que fui al médico...—Yoongi pensó un poco antes de abrir la boca.

Podía mentirle sin vergüenza a la cara, de eso estaba seguro. Pero no quería hacerlo. Siendo sincero, si debía ser cuidadoso, era mejor jugando con las mentiras a medias.

—Se que es...extremadamente personal y no quiero que pienses mal de mi. —dijo cundo lo notó nervioso.

—Se que no lo haces con mala intención. Quiero que entiendas que no estoy acostumbrado a esto. —hizo un ademán con las manos. —A que alguien se preocupe por mi. Nunca fui exactamente social. No tengo un grupo de amigos cercanos y desde que deje de vivir con mis padres intento en el mejor de los casos evitar que se angustien.

—¿Ellos saben...

—Si y no. Claramente saben las bases de lo que me sucede. Pero tampoco les he querido dar más de que ocuparse. —sus ojos se desviaron a la ventana de lleno, evitando a toda costa los ojos de Seokjin. —Nací con una enfermedad autoinmune, aunque eso prácticamente dice nada. ¿Verdad?

—Se en que consiste pero claro, pueden existir muchísimas.

Yoongi asintió. —Precisamente. Ahora que si te digo enfermedad de Raynaud puede que -si eres de esos curiosos que se la pasan buscando en internet por cualquier tontería- la conozcas. O quizás no.

Seokjin abrió los ojos en sorpresa. Pues le parecía de lo más inquietante la tranquilidad con la que su asesor hablaba. —Yoongi...

—No, por favor; aún no termino. —hizo una mueca que emulaba una sonrisa.—Podría darte toda la explicación médica que me he tragado desde que tuve la edad suficiente -y el valor-para empezar a lanzar preguntas a los médicos que me atendían. Pero eso tampoco serviría de mucho. Así que, en términos fáciles. Estoy enfermo. Y he tenido que ir al médico porque...

—¿De dónde eres?

—¿Qué?

—Empecemos por algo más sencillo y si al final aún me quieres contar, soy todo oídos.

—Son preguntas extras. Pero esta bien me siento generoso. —se burló. —Soy de Daegu.

—Oye, yo tengo familia ahí. Los visitábamos mucho cuando era niño ¿Color favorito?

—El azul ultramar. —se río.

—¿Estación favorita?

Yoongi volvió su rostro a Seokjin, encontrándose con unos ojos brillantes y curiosos. —Verano. ¿Y la tuya?

—Probablemente el otoño.

El juego de las veinte preguntas le pareció de lo más cómico para el momento. Se escuchó reír más de lo que lo había hecho en años. El ambiente era tan cómodo que llegó a pensar que todo era un sueño. Era irreal.

—¿Qué signo eres?

—¿Piscis? —dijo no muy seguro.

—¿No estas seguro de que signo eres? —fue el turno de Seokjin de reírse.