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37. escalofríos

"Cuando nuestros dedos se tocan, siento un extraño y excitante escalofrío por todo el cuerpo. Retiro la mano a toda prisa, incómoda. Debe de ser electricidad estática. Parpadeo rápidamente, al ritmo de los latidos de mi corazón."
― Erika Leonard

El inicio de Noviembre había sido un desastre climático. Pero no era eso lo que importaba, no del todo al menos. Había mejores noticias que la situación del clima con amenazas de tormenta.

—¡Seokjin! —escuchó a su asesor desde el otro lado del teléfono cuando se dignó a responder la llamada que lo estaba despertando.

—¿Por qué gritas? —su voz adormilada delataba su situación.—¿Por qué me despiertas a las...? ¡6:45 de la mañana! Ni siquiera el sol ha terminada de salir. Mi alarma está puesta para las nueve.

—Buenos días a ti también. Por favor revisa mi último mensaje. —escupió con rapidez antes de colgar.

Seokjin se quejó en voz alta casi gruñendo. ¿Qué podía ser tan importante como para robarle horas de sueño?

Aún así, con resignación tomó el celular una vez más, el brillo de la pantalla se sintió como quedar ciego. Pero siguió adelante buscando por sus mensajes, el nombre de Yoongi al tope de la lista.

Al abrirse, había una imagen. Una captura de pantalla. Era la página principal de la plataforma de B.T.S. podía ver el banner de bienvenida y debajo las historias destacadas. Entonces lo entendió.

Su historia había conquistado el número uno. Podía ver su nombre en las ya conocidas letras doradas que acostumbraba la plataforma al igual que su propio banner al deslizar un poco.

Y aunque estaba más que feliz. Aún tenía muchísimo sueño.

"Lo hicimos."

Le envío a Yoongi antes de volverse a acostar. Si tenía suerte podría dormir al menos dos horas más.

*
*

Min Yoongi abrió las ventanas dejando que el frío inundara su habitación. El cielo aún bastante oscuro le saludo. A penas y lograba ver el inicio del pronto amanecer. En sus manos descansaba su celular con el mensaje de Seokjin, decidió no responder y dejarlo dormir, le haría falta.

Al contrario, él inició su día. Tendió su cama, colocó una tanda de ropa en la lavadora y se aseguró de tomar un buen baño caliente.

Debajo de la regadera relajó sus músculos, y disfrutó del calor en su cuerpo. Aún con ese sentimiento calmante, no se sentía del todo cómodo con el agua. Nunca había sido fan realmente; nunca había disfrutado de las piscinas; nunca había amado la playa; nunca...había apreciado la lluvia.

El frío en su cuerpo era más fuerte que cualquier sentimiento, incluso a veces pensaba que el frío era más fuerte que el mismo. Su cuerpo peleaba por hacérselo saber cada día. El entumecimiento en la punta de sus dedos, los constantes escalofríos. A veces solo odiaba usar tantas capas de ropa incluso en un buen día soleado. Sabía que existían peores situaciones, pero necesitaba tener un poco de compasión consigo mismo. Habían pasado algunas semanas y su tratamiento parecía nulo.

No se sentía para nada diferente.

Pero no podía quedarse pensando en eso; no podía solo atormentarse. Salió de la ducha y se apresuró a tomar la toalla para secarse. No tardó en estar completamente vestido y se dirigió a su lavabo para seguir con el lavado de sus dientes y luego solo dejo el baño y se aseguro de que su calentador estuviera encendido, después de todo con el fin del otoño y el invierno siendo inminente debía tomar más precauciones.