34 | El último beso

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Canción en multimedia: Last Kiss [Taylor Swift]


Capítulo 34

El último beso

Lindsay

13 de Febrero de 2020

Una semana ha pasado desde mi encuentro con Bruce. Una semana completa y no he sido capaz de abandonar el lado de Lucas. Lo he intentado, de verdad que sí; he tratado de ser indiferente, incluso de apartarme un poco de su lado, pero no soy capaz. Me he acostumbrado demasiado a su presencia y a su compañía, y también a la de los demás.

He decidido que, en el momento en el que salga de la vida de Lucas, también desapareceré de la vida de los demás. Aún no sé si es que vaya a retomar mi puesto como Guardiana cuando esto suceda, pero lo que sí sé es que volveré a ser invisible, al igual que antes. Me conozco lo suficiente como para saber que no voy a poder soportar estar, por ejemplo, hablando con Becca y Meghan en los pasillos y toparme con Lucas de frente.

Con todo esto encima, carcomiéndome la cabeza, he decidido que hoy es el día para dar el primer paso: terminar mi relación amorosa con Lucas.

Sí, lo sé, es muy cruel de mi parte terminar con él el día antes de San Valentín, pero me prometí a mí misma que no iba a dejar pasar más allá del catorce de Febrero para comenzar a distanciarme, y creo que sería aún peor terminarle el mismo día de los enamorados.

Sé que debí haberlo hecho antes, dios, debí haber hecho esto el mismo día en el que Bruce me dijo que si seguía haciendo esto uno de los dos puede morir, pero no he sido capaz.

Me he tenido que saltar la última clase del día debido a los nervios. Incluso Becca y Meghan se han dado cuenta de que algo va mal conmigo hoy, independiente de todos mis intentos de ocultarlo. Estoy segura de que si fuera capaz de vomitar me habría pasado todo el día haciéndolo.

Pero el sonido de la campana me hace pegar un saltito, anunciando que la jornada escolar ha terminado, y ha llegado el momento de plantarle cara a la realidad.

Me encuentro parada fuera de la entrada del instituto a la espera de Lucas. Mi plan es proponerle ir a caminar por ahí, no quiero hacer esto en su casa y que se repita lo de la última vez. Además, sería desastroso tener que caminar hasta la salida de su casa nuevamente sabiendo que le he roto el corazón por segunda vez. No podría tolerarlo.

Una masa de estudiantes abandona el edificio, pero no hay señal de Lucas por ninguna parte.

— ¡Ey! —me llama una voz a mis espaldas. Es Becca—. No te he visto en la clase del profesor García, ¿va todo bien?

—No es nada, simplemente no tenía ganas de asistir, eso es todo —explico brevemente. No me siento con los ánimos suficientes como para entablar una conversación con alguien más, sin importar quién sea.

Becca parece darse cuenta de que algo va mal, y trata de ayudar:

—Tú no eres del tipo de saltarte clases—me observa de arriba abajo, como si estuviera buscando alguna señal física que justificara mi comportamiento—. Sí sabes que puedes hablar conmigo, ¿verdad?

Sí que lo sé. Recuerdo ese día de invierno en la cafetería cuando nos encontrábamos de vacaciones. Becca fue la única persona a la que le conté lo que había pasado con Lucas días atrás, y no hizo nada más que apoyarme.

Respiro con dificultad y miro hacia el frente, evitando hacer contacto visual con ella, ya que si lo hiciera probablemente terminaría estallando en lágrimas, y eso es lo último que necesito el día de hoy.

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