Obra del Destino

07 | Juegos y Fiestas

(Este capítulo no tiene música)

Capítulo 7

Juegos de baloncesto

Lindsay

26 de Octubre de 2019

Hoy es el día, hoy es la fiesta en casa de ese chico con nombre extraño. Honestamente, no sé si la idea de asistir a la fiesta me emociona mucho, me interesa muchísimo más el partido de baloncesto, pero ya cometí el error de decirle a Becca y a Meghan que voy a ambos. Ese extraño entusiasmo que sentí el día de ayer, simplemente desapareció como si nunca hubiera estado ahí.

Como es sábado por la mañana los señores Wright salieron a su habitual paseo matutino, mientras que Lucas ya se encuentra en casa de Jacob para brindarle su apoyo pre-partido. Ya sé que lo he dicho antes, pero de todas formas lo voy a repetir un montón de veces: amo la amistad que Lucas y Jacob forman desde hace ya varios años. Pero cambiemos de tema, la casa está sola, lo que significa que puedo pasearme dentro de ella a mi antojo; eso sí, me preocupo de no mover nada, la señora Wright se fija mucho en esos detalles cada vez que entra a su hogar.

Me recuesto sobre uno de los sofás que se encuentran en la sala y dejo salir un largo suspiro. Supongo que después de una semana entera de instituto necesitaba una especie de descanso. No recordaba que fuera tan agotador tener que levantarse temprano en la mañana, asistir a las clases, hacer los deberes y todo lo que conlleva asistir al instituto. Y a eso hay que sumarle que he estado haciendo mi trabajo como Guardiana todos y cada uno de estos días, lo que es una suma al gasto de energía que he tenido. Admito que, si pudiera hacerlo, no me presentaría más en el instituto y le borraría la memoria a todas las personas con las que he compartido en los últimos cinco días, pero esto de pretender ser una estudiante es algo que ya comencé y que pronto va a terminar; además, lo hago para ayudar a Lucas, y la verdad es que se ha acercado un par de milímetros a su Destino. Todo mi plan ya está mostrando resultados con tan sólo cinco días desde que comencé a ejecutarlo. Como le dije a Bruce, "probablemente dentro de un mes ya esté todo solucionado". Bruce... me pregunto que ha sido de él estos días. Me imagino que no tiene ni las más mínimas intenciones de verme luego de nuestro último encuentro, y la verdad es que no lo culpo, pero a mí sí me gustaría verlo y saber que ha estado bien. Aunque hayamos discutido el lunes, al menos hasta donde yo sé, él y yo seguimos siendo amigos; además, esa no fue la primera vez que peleamos y tampoco ha sido nuestra discusión más fuerte. Digo, hemos sido amigos por más de diez años, un pequeño desacuerdo no va a generar que de un minuto a otro nos dejemos de hablar, o que simplemente dejemos de ser amigos. No sé qué haría si eso llegara a pasar, Bruce es la única persona que he conocido por años, y la única con la que he logrado entablar una relación. Si bien esta última semana he estado conociendo más personas y me he estado relacionando más, de todas formas no garantiza nada, ¿me entienden? De todas formas, en un momento u otro voy a tener que desaparecer de la faz de la tierra. En otras palabras, me tendré que ir de la vida de Lucas, Becca y todos ellos; un día tendré que volver a mí puesto como Guardiana, y una vez más será casi como si yo no existiera en este mundo.

Prefiero dejar de pensar en eso, ese día aún está muy lejos y no tendría que estar pensando en eso, al menos no todavía.

El juego de baloncesto comienza a las cuatro de la tarde, y ya son las tres. Me coloco unos jeans claros junto con un sweater de lana color verde oscuro. Admito que una de las partes más difíciles de estos días ha sido salir a la calle vestida como una chica del siglo veintiuno. Yo no pertenezco a este siglo, y sinceramente dudo algún día poder llegar a acostumbrarme a los teléfonos celulares, a la ropa que se utiliza y a todos los cambios que se han hecho desde que yo estuve viva. Supongo que algún día tendré que aceptar a las peticiones de Becca de ir al centro comercial a comprar ropa y pasar el rato juntas, solo espero no ser tan evidente con mi mal y anticuado gusto para vestirme.