Seis años antes.
Estoy corriendo detrás de Charlie, parece que se ha vuelto más rápido, más atlético y no puede ser. Deben ser mis malditas bubis que un día crecieron y ahora me hacen ir más lento porque me pesan para correr. Sí eso debe ser. Además, también está haciendo frío y debe influir de alguna manera. No me voy a rendir porque yo siempre he sido más rápida que él.
Acelero mi paso y de manera inmediata llego a un lado suyo, pero no me voy a conformar con un empate, en esta carrera es todo o nada y yo voy a ganar. Estamos corriendo por ver quién será el pobrecillo que tendrá que arreglar el desastre que causamos en el carro de papá y es que no hay forma de que yo me meta entre todo ese barro qué hay en la cajuela.
Oh, Dios ¿por qué no nos hiciste más normales?
De hecho, el que debería arreglar sin necesidad de correr es Charlie, fue él el que pensó que sería una buena idea aprender a modelar barro. Fue él el que consiguió esa enorme cubeta llena de la mezcla y fue él quien la llenó de agua "para aflojarlo". Tal vez fui yo ya que provocó que la cubeta cayera, pero definitivamente es menor mi culpa. Papá dijo que era de ambos y así fue como llegamos a esto, por eso un empate no me serviría.
El problema es que yo no contaba con la nueva rapidez del castaño, pensé que sería una victoria asegurada y ahora entre tanto pensamiento Charlie me está dejando atrás de nuevo. Una tos que no me ha dejado por varios días me está atacando una vez más, decido ignorarla y aprieto más mi paso cuando cruzamos el puente del río, eso solo significa que la meta está a unos diez metros.
Vale la pena mi esfuerzo, llego antes que el castaño. Sé que algo va mal porque la tos no se detiene, me da con mayor fuerza. Una helada brisa se cuela entre mi abrigo y mi espalda y acrecienta la tos. Charlie se posiciona a un lado mío y se pone ultra paranoico cuando escucha como silbo mentiras intento respirar.
Imagino que la escena para los que están pasando alrededor de nosotros es extraña: un chico de 15 años que llora y le grita a una chica de 14 que deje de hacerse la graciosa. No es muy común y para mí no tendría sentido, pero justo ahora nada tiene sentido. Me cuesta trabajo respirar, hablar y sobre todo enfocarme en las palabras de Charlie. No solo es la falta de aire, es también el miedo.
Entiendo que me está pidiendo que lo mire porque sus manos aprietan mis mejillas con fuerza para que no deje de hacerlo. Hasta ahí llego. No entiendo nada más, sus mejillas sonrosadas me entretienen y decido centrarme en sus pecas, tal vez si las cuento y me concentro en otra cosa funcione.
Eres una estúpida Neftis, esto no es un ataque de pánico, es otra cosa, una cosa que te hace palpitar la cabeza y sudar como si acabaras de correr tres maratones.
Charlie.
Que ella me haya ganado es normal. Lo que no es normal es que esté tirada en el piso sin poder respirar bien y sudando litros y litros. Ella ni siquiera suda en verano o después de hacer ejercicio, tal vez un poco después de una carrera larga como la de ahora, pero solo un poco. Es el tipo de persona que cuando se limpia con un pañuelo desechable este no termina nada mojado.
—Diosa oscura ¿Qué sucede? Ganaste, no tienes que hacer esto. —En el fondo sé que no está haciendo nada, pero los nervios me paralizan un poco. —Escúchame, mírame, respira conmigo.
Ella niega, no hace nada de lo que le digo, sus mejillas están frías y sus ojos están dilatados, recuerdo que Pat siempre me dice que si no sé solucionar algo debo pedir ayuda. Busco en mi chaqueta el teléfono y marco el número de emergencias y después el de su papá, mientras intento que ella respire conmigo.
—Solo necesito... descansar. —Después de unos minutos eso es lo primero que dice ella y hasta parece un chiste. Aún no puede respirar y sale con eso.
La ambulancia llega más rápido de lo que pensé, un paramédico me hace cientos de preguntas y otro atiende a Nef, respondo lo que puedo sin perder de vista a mi mejor amiga. Miro como la inyectan y cuando ella comienza a respirar mejor me doy cuenta de que yo también siento alivio y el aire pasa por mis pulmones con mayor tranquilidad.
Neftis.
Después de lo que el doctor llamó "una crisis asmática" los días pasan lento. La tos sigue ahí y siento que produzco más moco que nadie en este mundo. De hecho, podría estar en el récord Guinness, sería genial. Tengo dolor de cabeza como si me fuera a explotar y me agota hablar, que pesadilla.
Lo único bueno es Charlie, ha estado en mi habitación todos los días y todas las noches. No es necesario que yo hable, él tiene suficientes palabras para los dos y cuando me hace reír y la tos me ataca se disculpa. Se acerca más a mí, toma mi mano y se queda callado hasta que la tos se detiene. Si me duermo, lo hago con la seguridad de que, al abrir los ojos, él seguirá ahí.
Papá lo envía a casa cada día y cada día él dice "no creo que eso suceda señor del Bosque". Creo que sabe que tengo miedo de quedarme sola, aunque no se lo diga ni a él, ni a nadie.
—Uh Charlie... —Le hablo una vez que despierta de una siesta de quince minutos que no se dio cuenta que tomó. —¿Te molestaría leerme algún artículo sobre los inhaladores?
Lo que más me asusta es tener que llevar esa cosa a todas partes. Es que yo pierdo todo, yo lo olvido todo ¿Cómo será tener que llevar mi posible salvación a todas partes?
Charlie comienza a leer el primer artículo que encuentra y aunque esto es algo que ya me explicó el doctor, escucharlo de su boca es en cierta forma relajante.
"Los inhaladores contienen polvo o gas que propulsa la dosis correcta del medicamento antiasmático cuando usted lo inhala. El medicamento es inhalado dentro de sus vías respiratorias. Usted tendrá que usar su inhalador correctamente para que funcione correctamente, por tanto, pida consejo a su médico de confianza. Hay dos tipos básicos de inhaladores en medicina usados para tratar el asma:
Aliviadores o de rescate - para tratar los síntomas de forma aguda.
Preventivos- para ayudar a prevenir sus síntomas."Charlie.
Cuando Nef se queda dormida leo cientos de artículos más sobre el asma, tratamientos e inhaladores. Me informo todo lo que puedo y salgo en búsqueda del papá de Nebet-Het.
—¿Señor del Bosque? —Toco su puerta tres veces y el me indica que pase. —Me preguntaba ¿ya ha conseguido el inhalador para Neft?
—Sí, de hecho, lo compré hoy. —Está tranquilo y cansado. Mi curiosidad parece preocuparlo. —Por favor no me digas que lo necesita.
—No, nada de eso. No se preocupe. —Le pido antes de continuar y sentarme a su lado. —Yo me preguntaba si ¿podría conseguirme uno? Es que ella es tan descuidada con esas cosas. Solo quiero cargarlo para asegurarme de que siempre va a tener uno cerca.
Algo en la mirada del señor David cambia, parece más aliviado y mucho más relajado.
—Me alivia que mi hija pueda contar contigo Charles. Mañana te conseguiré el inhalador, eso también me tendría más tranquilo.
Él me abraza y mis hombros terminan por relajarse. Mis párpados están tan cansados que de inmediato mi cuerpo toma control y me quedo dormido en la habitación del papá de Neft, entre sueños menciono que debo ir con ella. Me alegra que su mamá esté de viaje o esto sería muy diferente.
Lo último que siento es como el señor David me lleva a la habitación de la chica del cabello rojo oscuro y me arropa y aun con la edad que tengo me siento como un niño pequeño, consentido y querido.
Es lo genial del señor Del Bosque. Es lo genial de esta familia. Incluso con los constantes ataques de su mamá por ser tan abierta con la gente ella no ha dejado de tener esos detalles que me dejan ver que me quiere. Me lo dice también cada que puede, se siente muy bien escucharlo y por lo mismo es algo que yo también hago.
Siempre querré como una hermana a Neft, es una parte más de mi familia y a pesar de que tengo a Meg, ella también logra sacar mi lado más cariñoso. Nunca podría soportar que alguien la lastimara, lo mínimo que puedo hacer es tratarla como la octava maravilla que es. En realidad, yo estoy dispuesto a mover el cielo y la tierra por qué ella esté bien.
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El perfume de tu piel (Owen Joyner) (FINALIZADA)
FanfictionUna historia de Owen Joyner. Neftis no es la diosa de la oscuridad como dice su nombre, solo de las conversaciones imaginadas en su cabeza y la mejor amiga de Charlie . Ella iría hasta el fin del mundo con él. Convenientemente esta vez solo es hast...