🧿Bonne chance (extra)

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Es una de esas tardes en las que me gustaría ser millonaria sin preocupaciones o al menos es lo qué pasa por mi cabeza. Los días pasaron lentos después de mi charla con papá y los rubios malvados. Hoy solo estoy en casa donde al fin Owen y yo tendremos un momento juntos.

Mi plan es renunciar a mi trabajo cuando la grabación de la serie termine. Se supone que regresaré a Canadá dos semanas después de eso. Cruzo los dedos para que así sea. Extraño a papá. Mientras me basta con soñar y a un lado de Owen no me cuesta nada.

Me encuentro en un punto de enamoramiento al que nunca había llegado y que me hace sentir especialmente bien. Estamos refugiados en mi habitación, donde nada ni nadie nos interrumpe. Donde parece que mis secretos son inútiles y sus ojos azules me miran como si fuera la cosa más maravillosa del mundo. Donde nos fugamos de nuestras responsabilidades que no nos dejan tener más de media hora a solas.

Nadie sabía que nos veríamos hoy y es como un pequeño secreto porque en teoría no tenemos el tiempo de vernos. Me escapé antes de mi hora de salida del trabajo (Jon me cubrió, cosa que seguro volverá loco a JJ) y Owen se fugó de su hora de almuerzo de la grabación. Acabamos de tener un momento íntimo y estoy flotando, lo juro.

Uh cerebro ¿podrías reproducir I Think He Knows de fondo? Gracias.

En realidad sí, Owen me tiene así de loquita. Y en realidad, aún no me atrevo a decirle nada de esto, pero creo que él sabe que es así. Es tan difícil porque le quiero decir muchas cosas, quiero que lo sepa todo de mí. Y cada vez que lo miro es tan fácil que las historias solo brotan de mí. De igual manera dudo que sea suficiente porque a veces me siento asustada y terminan siendo más superficiales de lo que pretendo decir.

Acomodo medio cuerpo sobre su pecho y lo miro directo a la cara, tomando todo el valor que poseo. Una de sus manos busca la mía y con la otra acaricia mi rostro.

—¿Owen te molesta que no te cuente más historias sobre mí? —Le susurro y aprisiono mi mejilla entre mis dientes con nerviosismo.

—¿Qué historias? ¿Tienes algún novio en Canadá? ¿O tu cabello no es rojo? —Acomoda una almohada para verme mejor. —O tal vez es que sí has visto a Taylor después de Halloween, esa historia me pondría un poco celoso.

Ruedo los ojos. Desde que me confesó que había sentido celos de Tay cuando lo conocí no dejamos de hacer chistes al respecto. Y es gracioso porque lo primero que Taylor notó fue que tenía una pequeña debilidad por el rubio. Todos la notaban, menos nosotros.

El mismo Taylor me contó en la fiesta de Sav que Owen le había preguntado si yo le gustaba. Al pobre ni se le había pasado por la cabeza y a mí tampoco. Creo que en el fondo a Owen solo le duró 5 segundos la idea.

—No, —me río y él me sonríe con picardía. —Hablo de historias sobre mi pasado y las razones de porqué soy como soy. Ya sabes, esas platicas que tienen todas las parejas cuando se descubren.

Su mirada intrigada me pone un poco nerviosa.

—¿Planeas nunca contármelas?

—No, eventualmente pensaba decírtelas. Es que no sé, pienso qué tal vez estás cansado de esperar a que yo me abra un poco más y de siempre ser tú el que me cuenta sobre su pasado.

—No estás preparada. —Dice el poniendo un mechón detrás de mi oreja. —Lo entiendo, todo esto es nuevo para ti y también para mí. ¿Crees que dejaré de quererte por no contarme todo sobre ti ahora?

—No, pero creo que debería decírtelas. Para que no sientas que te oculto algo.

—No siento eso Nebet-Het. Mi hermosa Nebet-Het. —Lleva una de mis manos a sus labios y deja un beso en ella. —Puedes empezar con historias cortas y que sean relevantes para ti, pero que no te hagan sentir incómoda. No me tienes que demostrar nada, pero me gusta que pienses que puedes contarme sobre ti. Confiar en mí.

El perfume de tu piel (Owen Joyner) (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora