Capítulo 32

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Se actualizó el 15/12/2021 a las 21:25 Hora Paraguaya 

Otro año termino para Harry en Hogwarts, y las cosas sin duda alguna salieron mejor de lo que pensaban, Remus Lupin ahora era parte de este pequeño grupo el cual no poseía ningún nombre. Tenía que encontrar uno, Voldemort llamaba a sus seguidores mortifagos y Gellert Grindelwald llamaba a sus seguidores acólitos, tal vez el hombre tuvo cierta inspiración en los muggles, pero por el momento solamente iban a quedarse de ese modo hasta que se le ocurra algo. Sin embargo, dejando eso de lado, Harry necesitaba una reunión urgente con sus seguidores o aliados, cada uno tenía cosas que decir y aportar, especialmente Lucius Malfoy que estaba a cargo de que Tom llegue para fines del año que viene, a Gran Bretaña para que este pueda obtener un cuerpo humano y no ser un bicho raro que no le servía a nadie.

Aunque él deseaba tener su cuartel general en el castillo de Nurmengard, era algo que no podía por el hecho de que iba a ser el primer lugar donde Albus Dumbledore iba a ir una vez que el heredero de Grindelwald haga su primer ataque a la vista del público. Y cuando iba a ser ese ataque, justamente en el juicio de liberar de Sirius Black y por supuesto de Peter Pettigrew, faltaba una semana para ese juicio, por lo que ellos tenían que hablar de quienes iban a participar en ataque. Muchos de sus aliados no podían por el hecho de que tenían que ocupar sus respectivos asientos en el Wizengamot.

Cuando Harry llegó a su residencia, ya muchos de sus seguidores estaban en el sitio, desde los magos de gran Bretaña hasta los extranjeros, que vinieron como abejas al polen una vez que los llamó. Era curioso, que muchos consideraban a Voldemort el mago más poderoso de todo, cuando él solamente tenía seguidores en Gran Bretaña Mágicas, mientras que Grindelwald los tenía en todo el mundo. Tal vez Voldemort pudo llegar a ser más poderoso que Grindelwald, pero cuando se trataba de influencia, Grindelwald lo supera en cantidad. Gellert Grindelwald fue tan poderoso, que incluso cuando ya todos lo conocían como un mago oscuro, tuvo las pelotas para presentar su candidatura para ser el jefe supremo de la confirmación internacional de magos, y lo más gracioso entre todo eso, fue que él había ganado.

El solo imaginar a Grindelwald como jefe supremo de organización que era equivalente a la organización de naciones unidas del mundo Muggles, era prácticamente una locura que Voldemort no iba a llegar a hacer nunca. Como no tener miedo a alguien como Gellert Grindelwald, es por eso que Harry prefería mil veces luchar a muerte con alguien tan demente como Voldemort, que con alguien con la capacidad de Grindelwald, había años luz de diferencia y el que no deseara ver la realidad. Bueno, no era tan inteligente como pensaba.

Bienvenidos a mi humilde morada... Lamento mucho no poder contestar sus cartas, pero tenía que seguir fingiendo ser un alumno común y corriente – Harry fue a la cabecera de la mesa, ante la mirada de todos los seguidores, un total treinta actualmente, cada uno de familias importantes de todos los continentes, donde se encontraba por ejemplo alguien tan imparte como el director de Castelobruxo – Pero para llegar a nuestra meta es un sacrifico que tengo que hacer.

Con el debido respeto, está seguro que un ataque al Wizengamot es la mejor opción, podemos elegir un atentado mucho mayor – El subsecretario de Francia habló, el Wizengamot en gran Bretaña era visto como un circo para el resto del mundo principalmente por quien era su ministro de magia, Cornelius Fudge era visto como un idiota, y si permites que un idiota sea el líder de tu ministerio, era visto de esa forma – Podemos atacar otro... por ejemplo Hogwarts.

Sr. Delacour, nosotros queremos un cambio para el mundo mágico, no atacaremos un lugar donde niños, inocentes puedan morir - Harry estaba calmado, si podría llegar a ser un ataque de gran magnitud, podría causar el revuelo que se necesitaba para decirle al mundo que era cierto, el heredero de Grindelwald estaba ahí – Yo no quiero que el mundo piense que somos los malos, solo queremos hacer un cambio, algo que no muchos se atreven.

Harry GrindelwaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora