Amistad

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—Debe calmarse y comprender muchas cosas por sí sola, es mejor que piense un poco antes que hablemos con ella. ¿Por qué mejor no te vas a descansar? Ha sido un día muy largo y agotador.

—Ven conmigo, también debes descansar — le pedí.

—No, primero debo hacer algo muy importante — dejó un pequeño beso en mis labios—. Prometo ir contigo después.

—Está bien, mi amor — aunque quise saber a dónde iba, la dejé ir. En sus ojos se delata el infierno en ellos y, a su vez, tratan de encontrar un poco de calma.

Salió del restaurante limpiando discretamente sus lágrimas, con la cabeza baja y el corazón contradictorio y lleno de infinitas tristezas; su dolor es tan suyo como mío; puedo sentir claramente como cientos de agujas pinchan y la hieren sin parar. Después de todo, el desprecio de Katie era su único miedo.

MELANIE

Tan pronto el aire fresco de la noche chocó en mi rostro, respiré profundamente para calmar mi acelerado corazón y disipar las lágrimas que brotan de mis ojos. El recuerdo de aquel par de ojos que una vez mi miraban con cariño, hace que se mi dificulte hasta el poder respirar. Verme en los ojos de Katie con gran decepción, resentimiento y un poco de odio, ha sido el golpe más certero y profundo que ha recibido mi corazón.

Siempre fuimos las chicas más unidas que pudieran existir; de un lado para el otro, juntas en cada aspecto, compartiendo escasas felicidades y grandes tristezas que marcaron nuestra vida y nos unieron hasta que nuestro lazo de amistad fue más sólido. Así como ella estuvo para mí en el momento más difícil de mi niñez cuando mi padre falleció, allí estuve yo para ser el paño de su desglose de dolor cuando su madre al fin tuvo paz. Prometimos nunca fallarnos, y justamente desde que el amor llegó a mí, fallé a esa amistad que por años construimos.

Si me hubieran puesto a elegir entre el amor a ciegas y una amistad sincera, sin duda alguna la hubiera elegido a ella por encima de todo; principalmente porque Katie recibió de mí lo mismo que ella me brindó; confianza, lealtad, confidencialidad, comprensión y gran cariño; casi un lazo de hermandad que se disolvió en el mismo instante que por azares del destino, en mi camino se cruzó un hombre triste y solitario en busca de un poco de calor.

Keith llegó a mi vida por casualidad, en una noche donde ambos nos perdimos en el deseo de arrancar nuestro más profundo dolor en brazos de algún desconocido, pero el destino nos sorprendió al enterarnos del rostro que aquella mascara escondía en la penumbra de la noche. No pretendía vivir una aventura y enamorarme como lo hice, pero el deseo de querer curar lo que tan herido se encontraba fue mucho más grande que la propia razón. Después de todo no estaba haciendo nada malo. Mostrar un deje de felicidad y una pizca de ilusión a Keith es algo de lo que nunca me voy a arrepentir en la vida.

Así como he intenso borrar poco a poco su tristeza y colmé de mi presencia su soledad, él llegó para demostrarme lo que es el verdadero querer; un amor que se entrega en alma y cuerpo de forma apasionada y sofocante. El inundo mis noches frías con la fuerte llama que posee entre su piel y sus huesos. Hizo que de mí naciera el lado más salvaje y desvergonzado, permitiéndome vencer su profunda oscuridad con mi pequeño rayo de luz.

Entonces, si Katie me pone a elegir, ¿a quién se supone que deba mantener a mi lado? Ella es mi mejor amiga, y sé que va a estar siempre para mí si la llegase a necesitar en cualquier momento, pero ella no le dará felicidad completa a mis días y a mis noches; y, tal vez, Keith tampoco lo haga, pero me basta con sentir su querer haciéndome explotar en cientos de partículas; sin importar que el día de mañana ya no estemos juntos.

A paso decidido regresé al Hotel y me dirigí a la habitación que comparto con Katie. Hay tantas cosas que quieren salir de mi boca desde hace mucho, y ahora que Keith ha hecho el intento de hablar de lo nuestro, tengo que sacar esas palabras con la única persona capaz de comprender lo que es mi tristeza y mi forma de amar.

Suspiré antes de pasar la tarjeta por la delgada raja y abrí lentamente la puerta, encontrándome con la profunda oscuridad y la poca luz de la luna que se escabulle por el balcón. Ahora el viento un poco más frío me dio la bienvenida.

Perdida en algún punto fijo de la hermosa vista que se extiende ante sus ojos, Katie no se percató de mi presencia. Solo se limitó a llorar mientras apretaba sus manos fuertemente contra su pecho, estando sentada en la esquina derecha de aquel amplio espacio. Ni siquiera la Srta. Libertad, que tan emocionada se encontraba en la mañana y siempre ha querido contemplar traía un poco de alegría a su inexpresivo rostro. La herí ante mi falta de sinceridad y confianza.

Y verla de aquella manera tan nostálgica hizo que mi corazón quemara un poco más, porque sé que sus pensamientos están con la persona que más amó y que injustamente se le fue arrebatada. Para que negar, el sentirme una intrusa en la vida de ellos dos, por primera vez me golpeó fuertemente la cabeza.

—Ya no valen las razones, de igual manera tampoco quiero escuchar como sucedió tu romance con mi padre, solo quiero entender por qué nunca tuviste el valor de decírmelo. Tuviste muchas oportunidades de por lo menos confesar tus sentimientos hacia él, Melanie. Al menos un pequeño «Me gusta» hubiera sido suficiente para comprenderte. Mi padre es un hombre muy atractivo, eso no lo podemos negar, pero me siento muy decepcionada de los dos. Decidieron callar y mentirme muchas veces en la cara para verse y brindarse el cariño que ambos necesitan para no sucumbir ante la soledad — bajó los brazos y se quedó contemplando la fotografía en sus manos—. Hubiera comprendido, porque sé que papá merece vivir y ser feliz con una mujer que lo ame, incluso mucho más de lo que lo hizo mi madre; es de la única manera en la que entiendo que su ausencia tuvo algún propósito en la vida, y que tal vez ella no era la destinada para él. Hubiera entendido que él al ser una persona con sentimientos y con el derecho al ser libre se permitiera sentir sin cohibiciones. Lo que quiero decir es que, nunca hubiera interrumpido esa felicidad que se perdió cuando mi madre murió. Jamás me hubiera interpuesto a esa nueva oportunidad que cayó del cielo y lo salvó de morir —suspiró—. Te confieso que, en un principio me negaba a que otra mujer ocupara el lugar de mamá, pero ella misma me hizo ver cuán solo, triste y vacío se encontraba ese hombre; lejano a la realidad y tratando de revivir lo que ya había muerto; sufriendo noche a noche la ausencia de un amor que no estaba destinado para siempre; muriendo poco a poco tras el rastro del recuerdo más doloroso y feliz de su vida; y, añorando dejar de respirar cuanto antes para hacerle compañía. Mamá me mostró el como aquel hombre que amo con locura iba muriendo junto a ella, y perdiendo la posibilidad de ver su mundo vivo. Fuiste testigo de las muchas veces que lloré no solo por no tener a mi madre a mi lado, también lloraste conmigo al verme sufrir por mi padre; lo único que aparte de ti me queda en la vida — me encaró de repente, clavando sus ojos hinchados y rojos en mí.

Nunca antes la había escuchado hablar tan llena de madurez, sensatez y calma en la vida, por lo que me quedé en completo silencio, escuchando como muchas veces lo he hecho ya mientras ella saca todo aquello que guarda en su interior. 

Pasión Secreta[En Físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora