EXTRA 2

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Esto es una realidad alterna, en la que nunca existió el COVID-19 pero por circunstancias de la vida Jaqueline y JungKook se conocieron. Están en el año 2021.

Jeon JungKook.

Maldito JongHyun que no me despertó.

Me encontraba casi corriendo a la universidad gracias a que mi hermano no me despertó por quedarse durmiendo con Sunmi, su novia, o mejor dicho mujer. Mi despertador se había roto la semana pasada, por lo que estaba en trabajo de él despertarme.

Estudiaba en la carrera de abogacía, una bastante complicada pero aún así me gustaba, era de ponerme metas en la vida y terminar la carrera era una de ellas. Hoy tenía exámen, y ya estaba llegando tarde, encima que me veía de lo peor con la cara aún dormida y las lagañas en los ojos, hoy no era mi día, claramente.

Cuando al fin crucé todo el campo y entré al edificio toqué la puerta, con la esperanza de que el profesor me deje entrar a realizar el exámen. Ví que se acercó y sentí una luz al final del túnel, pero literalmente solo abrió la puerta para decirme.

⎯ Lo siento Jeon, tendrá que esperar hasta la próxima semana para hacer el exámen.

Viejo puto.

Salí resignado de la universidad, tendría que esperar dos horas para poder entrar en mi siguiente clase, por lo que preferí ir a algún café gracias a que no desayuné.

Agradecía que el día estaba hermoso, digno de principios de verano, el sol brillaba en el cielo pero había un leve viento que permitía que no me muera de calor. Caminé sin prisas, nadie me corría al estar llegando tarde a mis clases, cuando vuelva a casa espero que mis padres regañen a mi hermano por hacer que pierda mi oportunidad de dar el exámen hoy y tener que esperar otra semana.

Viendo el lado bueno, podría estudiar un poco más.

A lo lejos ví una cafetería, la habían abierto hace unas semanas pero con todo lo que tenía que estudiar y al ser nueva iba mucha gente, no me daba tiempo a ir. Me acerqué y ví casi todas las mesas vacías, solo cuatro eran ocupadas, siendo la mayoría gente adulta, seguramente porque todos los estudiantes ahora están en sus estudios, donde tendría que estar yo, pero ya sabemos por qué no estoy ahí.

Entré y el olor a café me recibió, inhalé tranquilo el amargo olor, me gustaba mucho. El ambiente era cálido, una de las señoras que desayunaba me sonrió con amabilidad y yo correspondí el saludo.

Me senté en una mesa que daba con la ventana, dejé la mochila a mi costado y esperé a que venga algún camarero o camarera a pedir mi orden, por mientras veía por la ventana, observando a la escasa gente pasar.

⎯ Buen día, ¿Quisiera la carta del lugar o ya sabe qué va a pedir?

Esa voz dulce hizo que deje de mirar a través de la ventana para verla a ella. Era una chica de cabello castaño y ojos color miel, claramente no tenía ningún rasgo asiático y de eso me dí cuenta cuando habló por el acento. Su rostro estaba manchado con pequeñas pecas, las pestañas las tenía largas y mordía apenas su labio inferior, a causa de nervios de que yo me haya quedado viendo por tanto tiempo.

Tenía una camisa de color negro, en el pecho estaba en dorado escrito el nombre del café. Llevaba en la cintura el delantal con el mismo bordado y color. Sus mejillas se tiñeron de un rosado fuerte y habló nuevamente.

⎯ ¿Señor? ¿Está bien?

⎯ E-eh sí..⎯ respondí algo perdido en sus bellos ojos.⎯ Quiero un café con leche y un cupcake con chispitas de chocolate.

⎯ Ya se lo traigo.

Se marchó y pude ver su caminar, iba segura hasta el mostrador para después entrar en una puerta, la cual suponía que era la cocina. Se veía pequeña, al lado mío seguramente me llegaría hasta el cuello. Sus piernas estaban ocultas ante mi vista gracias al pantalón de jean negro, pero aún así se veían algo gorditas, mi vista subió un poco más para ver su trasero, pequeño y redondo, apenas se podía ver la silueta de su ropa interior.

Ella...dios, era preciosamente ordinaria, en el buen sentido. Mamá siempre soñó con que sus hijos tengan de novia a una mujer rubia y de ojos claros, porque según la mayoría de las personas la gente con esas características eran más hermosas que los demás, pero ahora estoy seguro que sentí amor a primera vista al ver a esa castaña de ojos color miel.

Esperé pacientemente a que me traiga mi pedido, el cual no tardó más de cinco minutos. Después de dejarlo en la mesa que yo estaba me mostró una pequeña sonrisa y pude jurar ver sus ojos brillar al encontrarse con los míos, murmuró un "que lo disfrute", y fue a atender otras mesas mientras yo la seguía con la mirada.

Nunca fui alguien de coquetear con todas las chicas que se me hacían lindas, de hecho, tuve una sola novia en mis veintidos años de vida, así que no tenía mucha experiencia en esto como mi amigo, JiMin. A él solo le bastaba morder su relleno labio inferior, mostrar una coqueta sonrisa, guiñar el ojo y ya tenía a la chica que quisiera a sus pies. No sabía cómo preguntarle siquiera su nombre, número de teléfono o una red social, por lo que solo me limité a ingerir mi pedido mientras la observaba, percatandome que me daba algunas miradas ella también.

Luego de treinta minutos yo seguía ahí sentado, cuando ella me miró con una seña le pedí que venga hacia mi mesa y ella, con un ligero sonrojamiento en sus mejillas, vino.

⎯ ¿Me darías la cuenta?

Asintió y fue hacia el mostrador, donde otra chica que se veía un poco más grande que ella, la codeó con diversión mientras le extendía un pequeño papel y un bolígrafo, pero la castaña negó con la cabeza mientras se ocultaba tras su cabello.

Volvió a mi mesa y dejó el papel en la misma, estaba por marcharse cuando tomé su muñeca con delicadeza. Sus ojos me veían atentos, esperando a que le diga algo. Expresaba tanta ternura que por un momento creí que si sus padres me conocen, siendo que yo tengo muchos tatuajes y piercings, pensarían que quiero corromper a su bella hija.

Saqué la billetera de mi mochila y busqué el dinero, sacando de más para darle propina por el buen servicio, y por dejarme conocer su bello rostro. Le dí el dinero y ella lo contó para después querer darme el vuelto pero lo impedí, levantándome y viendo que sí era mucho más alto que ella.

⎯ Quédatelo, es por el buen servicio y el lindo rostro que tienes.⎯ halagué y ella se sonrojó.⎯ ¿Podría pedirte una última cosa?⎯ asintió.⎯ ¿Me dirías tu nombre?

⎯ Soy Jaqueline.

⎯ Mi nombre es JungKook. Es un placer haberte conocido, Jaqueline.

⎯ Es un placer igualmente.⎯ sonrió.

Me marché del lugar con una sonrisa, listo para contarle a JiMin mi plan de ir todos los días para verla a la linda chica, hasta poder conseguir su número, y más adelante salir en una cita.

Algún día serás mía, Jaqueline, yo lo sé.

Kill or dead| jjk✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora