Capítulo 13. La visita

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La mañana siguiente, Francis se levantó temprano debido al dolor de  cabeza intenso que tenía

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La mañana siguiente, Francis se levantó temprano debido al dolor de cabeza intenso que tenía. Desayunó un par de tostadas y se tomó unas pastillas de Tylenol con jugo de naranja.

Sus amigos todavía no despertaban, así que aprovechó para llamar a su casa en Forks.

¿Diga? —contestó Charlie.

—Hola, papá.

Hola, cariño.

—¿Cómo van las cosas por allá?

Hoy será el funeral —avisó Charlie, abatido—. Estaré todo el día ayudando a Sue con los trámites.

—De acuerdo, papá —Francis suspiró—. Todos extrañaremos a Harry —dijo—. ¿Y Bella? ¿La dejarás todo el día?

Su padre dudó. —No exactamente... Uhm, tenemos visitas.

—Ah, sí —dijo amargamente—. Ya me imagino cuáles.

Francis odiaba que cualquier Cullen estuviera cerca de Bella. Le harían mucho daño cuando se fueran.

Hija...

—No pasa nada, papá —se apresuró a decir—. Ya tengo que irme.

Sí, cariño. Nos vemos —y Charlie colgó.

O eso creyó, porque Francis seguía escuchando lo que decían del otro lado de la línea:

—Dime, Charlie. ¿Ha sido muy malo? ¿Con Bella?

Francis soltó un grito ahogado, reconoció de inmediato la voz de Alice.

Su padre suspiró. —Ha sido espantoso.

—Cuéntamelo. Quiero saber qué ocurrió después de que nos marchamos.

Hubo una pausa mientras se cerraba la puerta de una alacena y se apagaba un botón de la cocina. —Nunca me había sentido tan impotente. No sabía qué hacer. Hubo un momento durante aquella primera semana en que temí que sería necesario hospitalizar a Bella. No comía ni bebía ni se movía. El doctor Gerandy andaba por aquí mencionando palabras como "catatonia", aunque no le dejé acercarse. Me daba miedo que la asustara.

—Pero, ¿terminó saliendo de esa situación?

—Hice venir a Renée y a Francis para una intervención, para que su madre se la llevara a Florida. Albergaba la esperanza de que estar con su madre le ayudaría, pero... ¡Cómo se revolvió cuando empezamos a sacar sus ropas! Nunca la había visto con un ataque como ése. Ni siquiera es una persona a la que le den berrinches, pero hija, ese día se puso hecha una fiera. Arrojó sus vestidos por todas partes y gritó que no podíamos obligarla a marcharse, y al final se echó a llorar. Pensé que sería un punto de inflexión, así que no discutí cuando insistió en quedarse aquí y al principio dio la impresión de que se recuperaba...

FRANCESCA SWAN || Jasper Hale ✓ *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora