Capítulo 24. Deseo de sangre pt. 1

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Jasper miraba fijamente la pared, analizándola

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Jasper miraba fijamente la pared, analizándola.

Desde hacía mucho tiempo atrás que ya no le gustaba la compañía, siempre rechazaba las salidas de caza con sus hermanos, y se la pasaba dentro de su propio hogar. El cual, estaba hecho de madera rústica y acabados modernos, tal y como su Francis lo hubiera querido. La vivienda contaba con una sala de estar grande, dos recámaras completas, una sala grande de música, una biblioteca y dos despachos.

Justamente, en uno de los muros más grandes de la biblioteca, tenía la misma pared que había hecho en su antigua habitación en la casa de Carlisle: un mapa gigantesco de relieve de la reservación Quileute, otros más pequeños de Washington, y diferentes recortes de periódicos y páginas de libros sobre vampiros pegados alrededor del mapa. El rubio, como siempre, se la pasaba mirando esta pared. Analizando cómo su chica desapareció sin dejar rastro.

Jasper escuchó a Carlisle aproximarse a su casa y soltó un bufido. Enseguida escuchó que tocaba la puerta de entrada. No se molestó en contestar.

Después de unos segundos, el patriarca entró directo a la biblioteca, donde sabía que se encontraba. —Hola, hijo, ¿Cómo estás?

—Estaré mejor cuando Frannie vuelva —contestó secamente.

Esa brusca respuesta era la usual, pero Carlisle nunca se inmutó con ella.

—Está bien, hijo, eso es muy válido —contestó pacientemente.

Jasper no replicó.

—Mañana es un día importante —prosiguió Carlisle, cauteloso—, me preguntaba si contaremos con tu presencia en el prado.

Los Vulturi llegarían al día siguiente, y toda la familia estaba preocupada por Jasper, pues no sabían cómo reaccionaría ante la llegada de la amenaza. Edward esperaba que no hiciera algo que provocara a Aro como para matarlo.

—Lo recuerdo —contestó en voz baja.

Jasper no era idiota, sabía lo que pensaban. Pero él no haría nada que pusiera en peligro a la pequeña hija de Bella, Francesca, o Fanny, como solían decirle de cariño. Era su única sobrina y la amaba.

—Estaremos desde una noche antes en el bosque junto al prado, hijo, puedes venir con nosotros y conversar con Peter y Charlotte, estoy seguro que ellos te extrañan.

—Estaré mañana en el prado antes del mediodía —se limitó a contestar, dándole una clara negativa.

Carlisle suspiró rendido. —De acuerdo, Jasper.


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FRANCESCA SWAN || Jasper Hale ✓ *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora