Capítulo 14. El regreso de Bella

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Habían pasado veinticuatro horas desde que Bella se fue

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Habían pasado veinticuatro horas desde que Bella se fue. La menor había llamado a su hermana diciendo que era urgente que ella fuera a encontrarse con Edward, y parloteando algo sobre los vulturis que Francis no comprendió.

Charlie estaba muy angustiado, llamó inmediatamente a Francis cuando encontró la nota de Bella. Francis lo calmó diciéndole que ella le había llamado y estaba bien, y que regresaría la llamada cuando tuviera noticias.

Pero Francis no tenía noticias. Estaba muy nerviosa, la última vez que Bella salió del estado sobrevivió por los pelos.

Dakota y Adam se quedaron con ella todo el día, era el último de las vacaciones antes de regresar al colegio.

El pelinegro estuvo haciendo algunas llamadas en su habitación antes de salir hacia la sala de estar, donde estaban las chicas.

—¡Francis! —exclamó.

—¿Sí?

Adam agitó su teléfono. —Tengo algo que podría ayudarte.

—¿Qué es? —preguntó interesada. Dakota tomó su mano.

—Tengo un conocido en la facultad —avisó—, es un hacker. Él podría rastrear a tu hermana.

La castaña se levantó ilusionada. —¿De verdad?

—Por supuesto, podemos ir a su casa ahora. Nos recibirá.

Francis, Dakota y Adam se montaron en el auto del pelinegro. Tardarían una hora en llegar a la casa del chico que les ayudaría, pero valía la pena.

—Es ahí —avisó Adam. Señalando una casa en una zona residencial privada.

—Es lindo —comentó Dakota.

Tocaron el timbre, y enseguida abrieron la puerta. Era un muchacho alto, como de la estatura de Adam, pero mucho más delgado, tenía ojos claros y cabello negro azabache. A decir verdad, se parecía un poco a Adam.

—Hola, pasen —los invitó animadamente. Él miró a la pelinegra interesado—. Tú debes ser Dakota, ¿no?

Su amiga sonrió. —Así es, te han hablado de mí.

—Claro, tu hermano habla mucho de ti —sonrió. Luego miró a la castaña: —De ti también, Francis.

Adam lo interrumpió tenso. —Sí, sí —le dijo—. A lo que vinimos.

El azabache rió. —Bien.

Todos entraron, y él los guió hasta una puerta blanca, cuando la abrió parecía ser un sótano.

—Soy Finn, por cierto —se presentó mientras bajaban las escaleras.

—Gusto en conocerte, Finn —murmuró Francis.

Las luces estaban prendidas, por lo que pudieron observar un salón con varias computadoras, procesadores y pantallas de distintos tamaños, además, había una pantalla plana gigante en la pared del fondo.

FRANCESCA SWAN || Jasper Hale ✓ *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora