Crazy Stupid Love (Niall Horan y tu) TERMINADA

39.

      Narra _____.

-Niall...-susurre con voz de dormida.

-Mmmh.-respondió sin moverse.

-Coge el móvil.-dije señalando mi móvil, que no dejaba de sonar.

-Eres una vaga, cogelo tú.-se quejo abrigandose hasta la cabeza.

Suspire y me levante, nos habíamos acostado tarde y apenas eran las nueve. ¿A qué llaman tan temprano? El móvil comenzó a sonar nada más acercarme a él. Descolgue y me lo puse en el oído.

-Diga...-dije sin humor.

-_____, soy Sarah.-dijo con voz agitada y luego grito.

-¿Qué pasa? ¿Todo bien?-me preocupe.

-Aubrey quiere salir...tienes que venir, eres su tía. ¡Veeeeeen!-grito, y en ese momento me desperté del todo.

-¿¡Como que voy a ser tía!? ¡El parto era para dentro de una semana!-grite alterada, ¡voy a ser tía!

-¡No me grites! ¡Ven de una buena vez por favor!-volvió a gritar.

Niall se levanto en ese momento y me miro confuso, yo estaba sonriendo.

-_____, coge el primer avión que puedas pero ven, no pienso tener a esta niña sin ti a mi lado.

-Vale, vale. Esta bien. Tu relajarte estaré en Canarias dentro de unas horas.-dije.

-ADIÓS.-grito de nuevo y colge.

Deje el móvil en donde estaba y abrace a Niall con una sonrisa, él seguía medio dormido.

-¿A qué viene tanta alegría?-dijo sonriendo también.

-Vistete, vamos a ser tíos.-grite entusiasmada.

-Mmmh, vamos. Eso significa que ya pertenezco a la familia.

-No seas tonto y vistete.-le grite desde el baño.

Después de vestirnos y prepararnos, salimos directos al aeropuerto. Ni siquiera deje que desayunaramos, ya tenía ganas de llegar a Canarias.  

                             (...)

-¿Cuanto queda?-le pregunte al taxista.

-Unos cinco minutos.-respondió frio, ya le estaba hartando.

-Por favor, tenemos prisa. ¡Voy a ser tía!-grite.

Me había tomado varios cafés en el avión para seguir despierta y ahora llevaba un exceso de cafeína en el cuerpo. Estaba oscureciendo y deseaba llegar ya al hospital.

-Niall, estoy nerviosa.

-No me había dado cuenta.-se rió él.

-Seguro que será tan guapa como Sergio y sacara el carácter de mi hermana.

-Ni siquiera la hemos visto, relajate. Lo del café fue mala idea.-dijo riendo. Le saque la lengua y mire por la ventana.

El hospital ya se veía, el taxista aparco y le pagamos. Prácticamente entre corriendo hacia donde mi madre me había dicho que fuera. Mi padre estaba fuera bebiendo agua, se veía impresionado.

-¿Qué tal las chicas?-pregunte nada más llegar. Él solo se rió de mi.

-Están perfectas, pero creo que yo no. Había demasiada sangre...oh dios, era horrible. Ni siquiera con ustedes fue así.