ℬℯ𝒻ℴ𝓇ℯ𝓁𝒾𝒻ℯ

Un día, como otro cualquiera.

¿jueves? Ojalá fuese viernes. Ojalá los minutos pasasen más deprisa en vez de taaaaan despacio. Es increíble como un segundo puede tardar tanto en pasar, como los minutos se convierten en horas, y las horas, en más y más horas. Llevo bostezando desde las doce y media; la clase se estaba haciendo eterna con Don Julio Bartolomé, profesor de leyes estatales. Al principio teníamos a Juan, que era el típico que se iba por las ramas y tardaba siglos en explicar dos tonterías, pero se portaba, al menos no mandaba mucho para casa. En cambio Julio... Es insoportable, se enrolla y encima envía el trabajo para casa siempre porque nunca le da tiempo que se haga en clase. Vamos, en pocas palabras, maravilloso todo.

La mayoría de las veces las paso observando por la ventana mi libertad, tan breve y esporádica que parece un sueño ya consumido por la falta de tiempo, aunque eso a mis padres no les importa, por supuesto ellos quieren que pase aquí el mayor tiempo posible, para algo me están pagando la carrera de derecho. ¿No?

Lensi me miraba identificando un rostro que observaba a la nada, de echo sabía perfectamente lo que estaba pensando, pero no le dio importancia por qué Julio, seguía hablando sin parar, y, Lensi es de esas personas que les encanta escribir hasta el último punto. —En nada hay recreo. —Comenta como si los cinco minutos que faltan fueran a pasar en medio segundo.

—Aja.

Hoy hace bueno, el sol resplandece y la temperatura es genial para darse un pequeño descanso en el césped; días atrás las lluvias apenas nos dejaban descansar, por no añadir el frio y las bajas temperaturas, de echo mi madre tenía siempre puesto el aire acondicionado. Por suerte no yo ni ella nos pusimos malas, así que pude seguir asistiendo a clase sin problemas, nótese la ironía.

Además acababan de llegar las fiestas y por suerte las nevadas. El barrio estaba completo de niños jugando e incluso mi madre se unía a ellos tirando les bolas de nieve, más tarde llegaba yo, con la cara de moco que siempre llevo al llegar de uni. Bajaba del autobús desprendiendo mi nube negra por todo el barrio.

Mamá entonces me preguntaba qué, qué tal el día, yo me limitaba a gruñir quitarme la mochila, o lo que viendo siendo tirarla por ahí, y ir a mi habitación a morirme hasta el día siguiente que resucitase por cosas de la vida.

Si, fueron unos días buenos. Bonitos.

—Selena el trabajo del Doctor Lenis Mccahon. ¿Puede entregármelo?

Oh, si se me olvidó explicar que me pase todas las putas vacaciones haciendo el maldito trabajo que se le ocurrió al calvo este. Se aburría, lo juro, ese día se aburría y dijo pues ale trabajo.

—Si, tome.

Se lo entrego bajo la mirada de todos los presentes entusiasmados porque solo cuatro de clase han entregado el trabajo, ósea igual a que; solo cuatro pringados sean quedado sin vacaciones, y, por si fuera poco sin navidades. Lensi es otra de esas alumnas que ha decidido hacer el trabajo, pero, en ella es normal siempre es la primera en todo, la que levanta la mano, la coge apuntes, etc...

Jack es otro de ellos, pero el más bien por obligación de sus padres ya que su madre es jueza y su padre fiscal, son los primeros que se enteran de todo; el año pasado Jack suspendió cinco asignaturas sus padres se enteraron y desde entonces los profesores tienen la orden de enviar los trabajos al padre por e-mail. Es una forma de no mentir, y no librarte, porque siendo sinceros... Jack es de esos tíos guapos, altos, con una sonrisa de porcelana que enamora, Atlético, simpático... Solo cambia una cosa, en vez de ser rubio, es pelirrojo. En realidad es un buen tío. Y uno de mis mejores amigos.

—Alumnos antes de que se vayan, necesito guarden un minuto de paciencia en sus asientos. "Ya estamos". —La directora June Calbage me ha pedido que les presente a la nueva profesora de psicología, recalcando que no se repita lo del año pasado. —Me ha mirado Jajajaja.