"Sin tiempo"

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Robert, el otro hermano que es un parásito más que un ser humano. "Rima y todo". Ninguna está contenta con su presencia aquí, pero después de pelear en la puerta si entraba o no, acabo entrando. Se sentó junto a mamá en la barra de la cocina con una sonrisa muy alegre, demasiado alegre. Como si su vida no fuese un caos, o no se diera cuenta de lo que es subida.

-Asi que... ¿Es tu tío? -Cuando el entro, yo subí a la habitación con mis amigos, total no era mi problema nada de lo que ocurriera ahí abajo. Asentí a Jack que pensativo esperaba una respuesta. -Bueno, es el tío de Samantha mejor dicho, pero... Imagino que aunque no queráis, es su familia también.

-Si, has dicho lo más obvio.

Dos toques nos quitaron la atención posible a la conversación, a "cotillear" más bien. La madera sonó tan fuerte que temí que fuese mamá, otra vez a regañarme. Lensi estaba más pensativa que de costumbre, mientras que Jack estaba tan atento a la puerta que parecía que la iba a atravesar con sus ojos.

-Adelante. -Tras la puerta apareció Elisabeth. Su rostro se mostraba cansado, enfadado y tambaleante, como si no supiera exactamente cómo actuar o que hacer.

Lensi y Jack se miraron, ambos se asintieron, reflexionaron y se levantaron bajo la mirada de Elisabeth y de la mía, los mire cómplice, no quería que se fuesen y me dejaran sola con ella, pero Jack me guiño un ojo.

-Luego te llamamos Selena. -Asentí.

-¿Podemos hablar? -Elisabeth se sentó a mi lado con cierta resignación. Asentí. -Siento como sean dado las cosas, más aún siento que esté aquí ese pedazo de mierda barata. -Lo dice muy enfadada.

-Vale. -Contesto pasando de todo.

Elisabeth se acerca mirándome fijamente a los ojos como si buscará algo, intenta acariciarme la pierna pero la quito antes de que me toque. Niego y la observo, observo como tambalea sus manos, como su cuerpo tiembla. Y como, triste cierra los ojos y asiente con pena.

-Siento...

-Elisabeth, da igual, olvida todo.

Digo enfadada y saliendo por la puerta.

En el comedor mamá está hablando con el tal Robert, mientras que Samantha come, mejor dicho, lo intenta. Poco a poco mi casa parecía una casa de locos, eramos muchas ya con las que éramos, otro más... Apaga y vámonos.

Mamá no está nada contenta con la situación, por qué el parásito ha decidido tumbarse en el sofá y liarse un porro que con sus propias babas cierra mirándome con aprobación.

-¿Quieres?                                           Comenta extendiendo el porro en mi dirección. Niego tajantemente notando que tras de mie sta Elisabeth. Delicadamente me empuja y con un puño cerrado va directa hacia su hermano.

-Si vuelves a ofrecerla porros, o vuelves tan siquiera a liarte uno en esta caso, te mato, directamente sin más ni menos, te mato literalmente, y creeme solo tengo que llamar a papá...

Está tan enfadada que las venas de su cuello salen a la luz. Mi madre sin embargo para al lado de Elisabeth para apoyar la situación y sobretodo taparme a mi.

Esa misma noche fue extraña porque Elisabeth no durmió conmigo, dormí completamente sola, de vez en cuando escuchaba a Samantha llorar o berrear, pero, enseguida tanto mamá cómo Elisabeth corrían a socorrerla, el parásito estaba en el sofá, desde que llegó y ahí se quedó sin moverse ni decir nada, de vez en cuando cruzábamos miradas pero enseguida cuando veía su sonrisa, le quitaba la mirada.

No voy a mentir me daba miedo, ese tío seguramente había hecho cosas impensables, y lo más probable es que lo hubiese hecho por qué quiso, no por necesidad.

ℬℯ𝒻ℴ𝓇ℯ𝓁𝒾𝒻ℯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora