"Todo está bien"

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Terminó pero no me soltó, al contrario me abrazo contra ella apoyándome en su pecho. Besó mi cabeza y luego mi frente, acariciaba mi piel como si se fuese a romper mientras su respiración volvía a la normalidad. Cogió mi mentón y me besó, se que soy pesada, pero no sabéis cómo besaba, erizaba todo mi cuerpo con tan solo respirar. Aparté mis labios para mirar sus ojos, los cuales estaban completamente dilatados y iluminados, ahí entendí, que el arrepentimiento no estaba en ningún lado, y que realmente éramos algo, algo que se iba formando.

Me fui a quitar de encima cuando ella negó con la cabeza, me tumbo de golpe en el sofá y se puso encima de una forma indescriptible. Besó mi vientre, y se deshizo de mis pantalones muy despacio, acariciando la piel. Cuando me vi desnuda ante ella, giré el rostro para no mirar. Kate entonces se levantó, besó mi mejilla y me hizo mirarla.

—¿Que te da vergüenza?

—Que me veas así.
Dije con un hilo de voz algo roto.

Kate asintió sabiendo porque me ponía así, me leía la mente o yo era demasiado transparente.

—Yo no te haré daño.
Expresó segura besando mis manos.

Entonces asentí indicando que siguiera, Kate sonrió dulcemente y empezó a besarme más profundamente sin subir el ritmo, acarició mis piernas y se introdujo en mi de una forma que provocó que mis caderas se levantarán. Me agarré a su espalda como si no quisiera caer, y ella lo agradeció subiendo la intensidad. Cada vez lo hacía más rápido y yo ya no sabía ni dónde estaba, cerraba los ojos porque apenas podía respirar, pero mi cuerpo pedía más y más de ella. Algo que Kate entendió, levantó mi pierna derecha y la apoyó detrás de su espalda. Se acercó más e intensificó el ritmo besándome mientras su respiración también se agitaba, lo cual provocaba que yo me pusiera más.

—Kate.
Susurré.

Kate me lamió el cuello literalmente, camino por el entrenando nuestra mano derecha. Entonces mi cuerpo advirtió, mi cuerpo se tenso, comenzó a temblar y de mi garganta salió un gemido que hizo que Kate subiera el ritmo, me cogiera de las manos y buscará mis ojos. Pero, mi cuerpo quería más, quería otro más, fue ahí cuando Kate cambio la cara al escuchar como mi cuerpo gritaba su nombre desesperadamente.

Paró con una sonrisa dulce que me contagió, me acercó a ella y me besó.

La verdad es que toda ella era perfecta, como me mostraba las cosas aunque fuese de esta manera, como cambio de un momento a otro, según entre por la puerta, esa dureza se marchó para abrirse en su totalidad.

—¿Quieres algo? ¿Necesitas algo?
Dijo como un torbellino.

—Solo a ti.

Levantó una ceja para luego besarme como solía hacer.

Decidí irme a duchar, Kate me dió varias toallas después de decirme que utilizará lo que necesitará. Estaba demasiado bien, y esa sensación me daba miedo, Kate no intentaba hacerme desaparecer, solo intentaba que estuviéramos bien, así que si que era probable que me hubiera echado de menos, durante eso ocho meses atrás. Escuché el timbre sonar, así que me seque rápido y salí al pasillo.

—Hola papá.

—¿Que ha hecho ese cabron?

No podía verles pero si escuchar la conversación.

—¿Que ha pasado aquí Kate?

Imagino que lo decía por el sofá, y porque era evidente que Kate era muy ordenada.

—Papa...
La voz de Kate sonaba con paciencia.

—¿Te has acostado con ese cabron después de lo ha echo?
Pero su padre sonaba super enfadado.

—No. —Su voz era segura y autoritaria.

—¿Entonces?

—Ha pasado algo muy bonito que no quiero que termine, así que porfavor, papá, vete. —Se que intentaba sonar calmada.

—¿Has conocido a otro?

—Joder papá, no, he conocido ha nadie nuevo, solo he escuchado a mis sentimientos de meses atrás, he escuchado todo eso que tenía guardado y he decidido ponerlo por delante de lo que podáis decir o pensar. —Kate entonces apareció derrepente al final de las escaleras, me sonrió y extendió la mano derecha.

Bajé no muy segura, cogí su mano y miré a su padre. Es difícil de escribir la cara del padre, estaba atónito, y creo que algo enfadado, porque no me miraba precisamente bien.

—Es tu paciente.
Respiró.

—Era.
Corrigió Kate. —Papa si te di su caso es por lo que sentía por ella. —Levantó el mentón de su padre para que la mirara. —Papa no eres tonto, sabes porque preguntaba por ella, lo sabes muy bien. El asintió. —La quiero, y se que es mucho más joven que yo, pero te puedo asegurar, que esta mañana, tarde y noche me ha demostrado todo lo que siente por mí. —El padre me sonrió.

—¿Estás segura Selene?
Asentí a ese hombre que siempre me hacía reír. —Y... ¿Elisabeth?

Kate empalideció un poco, agachó el rostro y esperó mi respuesta sin tan siquiera moverse.

—Pense que estaba enamorada por lo que me había hecho sentir Elisabeth, pero estaba claro que no, su hija en un solo día me ha demostrado lo que es una verdadera realcion; es sonreír cuando ves a esa persona que amas, y sentir como tu corazón la aclama desesperado, es sentir un nudo en el estómago a punto de llorar al ver algo que a ella le ha echo daño, es mirarla a los ojos y saber que te hundirias en ellos sin dudar, es besarla y sentir que el mundo, puede arder, y darte exactamente igual. —Kate levantó la cabeza mirándome con los ojos algo cristalizados. —Le aseguró que estoy muy segura de lo que hago, quiero hundirme en esos ojos verdes, quiero besar esos labios tantas veces al día, que al final Kate me tendrá que echar. —Ambos rieron. —Quiero despertarme a su lado y sentir que no quiero salir de esa cama, solo, porque está ella.

El hombre levantó una ceja. —No estoy de acuerdo con esto, pero sois adultas, a ver cómo se lo dices a su madre. —Miró a Kate que tenía algo de miedo en su mirada.

—No, lo haré yo, tranquila. —La acaricié.



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