Fui donde mamá me dijo, era un barrio pijo de gente pija y rica cuyos valores son nulos. Ese tipo de personas que veían la camioneta y se asomaban a ver quién era no con muy buena cara, pero bueno, mirando el lado positivo si se daba la voz, pagarían bien, y no quería depender de mamá, además quería ayudar con Samantha económicamente.
Llamé al telefonillo que había en la entrada con unas puertas enormes de metal que no dejaban ver más allá. La verdad, era una pedazo de casa, quien fuera debía tener muchísimo dinero, y no es que nuestra casa fuese pequeña precisamente.
Me abrieron sin responder, imagino que vieron la camioneta por la ventana, aparqué en la entrada que estaba diseñada de una forma super bonita, había una fuente en medio que hacía de rotonda, y alrededor muchísimos jardines y plantas.
Estaba pasmada, era precioso y sentía un silencio y una paz. Llamé a la puerta de madera negra que debía pesar más de 100 kilos, de hecho me deje los nudillos para después ver qué había timbre.
"Genial" pensé mirando el timbre.
—Papa han llegado ya, luego te llamo.
Escuché tras la puerta y unos tacones acercándose.Entonces la puerta se abrió y me quedé paralizada, de nuevo esos ojos, de nuevo esa mirada observándome de forma sorpresiva. Tragué en seco colocándome la mochila en la que llevaba todo para los ordenadores. Ella giró el rostro y me hizo paso. Estaba pasando muy cerca de ella notando, como no me miraba, y apenas se movía. Yo diría que ni respiraba.
—¿Donde está el ordenador?
Tampoco la miré, si así quería las cosas por mí bien.No me habló caminó haciendo un gesto para que la siguiera y así lo hice. Sus tacones me recordaban a cuando me hacia ella la terapia, era la misma música cuando caminaba de un lado a otro, aunque también era un recuerdo malo, porque cuando se fue de la cabaña, sonaba exactamente igual. Estaba enfadada, tenía la mandíbula completamente forzada, y caminaba de prisa como si no quisiera que la viera.
Abrió una puerta y señalo el ordenador, bajo las escaleras y se marchó. Era todo muy tenso y cargoso, el ambiente era horrible, pero yo tenía que hacer que la empresa funcionase, así que como cualquier profesional me puse a ello.
Tenía el ordenador lleno de virus, programas inservibles y videos cuyo formato era algo extraño. En el grado me enseñaron a abrir estos archivos, pero no me pareció coherente, preferí ignorarlo.
Me di cuenta de un programa que no debía estar, un programa de vigilancia que no era el de las cámaras de fuera, era un sistema de vigilancia anónima, el programa era creado por un tal Lanis, y no era legal.
—Kate se que no quieres ni hablarme, pero... ¿Puedes venir?
No quería ser yo quien se lo dijera, pero si no se lo decía seguirían vigilando la, ahora me cuadraban los vídeos en formato cerrado.Kate vino, se apoyo en la puerta y se cruzó de brazos.
—Ven, por favor.
Grupo pero se acercó, hacía mucho que no la tenía así de cerca. —Mira, hay un sistema de vigilancia que no son las cámaras de fuera. —Kate se quedó pálida. —Y hay muchos vídeos de formato cerrado, puedo intentar abrirlos.Kate asintió, personalmente te Ia que nos encontraríamos, pero quería ayudarla, si alguien la vigilaba debía saber quién, y sobretodo denunciarle, al menos hasta donde llegué de mis clases en la fiscalía, esto era ilegal, el tío o tía podía ir a la carcel si Kate presentaba cargos.
Tuve que utilizar mi ordenador para quitar la contraseña de los vídeos, Kate estaba atenta, no quitaba la mirada de portátil. Pinche en el primero con algo de miedo y como ya sabía, era Kate, de un lado para otro, fumando y llorando. Kate tragó en seco, asintió para que siguiera.
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ℬℯ𝒻ℴ𝓇ℯ𝓁𝒾𝒻ℯ
Non-FictionTras la muerte de Susan, Eli intenta ser buena madre y que los servicios sociales no le quiten a su pequeña, pero todo sele complica ya que tiene que compartir la custodia con la joven Selena. ¿Serán capaces de quedarse con la niña? ¿serán capaces d...