Los Patrulleros Nocturnos: El Inicio de Gray Archer [Libro 1]

5: El Proyecto

Desperté a la mañana siguiente una hora antes. Me levanté y me estiré, camine al baño y me metí a la ducha. Luego salí y me vestí.

Salí de mi cuarto y baje las escaleras, allí todos se encontraban comiendo. Williams al mirarme me sonrió y señaló con su cabeza mi desayuno.

Asentí y camine hasta mi asiento, comí mi desayuno, tomé mi mochila, espere a mi hermana y padre.

Una vez ellos terminaron nos despedimos de mi madre y Williams. Salimos de casa y subimos al auto, esta vez papá tenía ganas de hablar, se le notaba muy feliz.

—Así que... ¿Gray Archer? —preguntó mi hermana, haciendo que mi padre detuviera en auto abruptamente, casi chocando. Rebotamos en los asientos y mi hermana rió.

—¿C-Cómo... Cómo sabes eso? —preguntó mi padre volviéndose hacia ella rápidamente.

—Papá, no creas que no se escucha nada en la casa. Hablan demasiado fuerte, además de que cayeron por las escaleras del ático. —no pude más y solté una tremenda carcajada, mi padre me miró mal y mi hermana me giño el ojo.

—Daniel —me advirtió mi padre—, no ayudas...

—Perdón, pero es que ella lo sabe desde el principio... —le respondí con media sonrisa, el abrió los ojos como platos y la volvió a ver.

—¿Qué...?

—Digamos que tengo un super oído y un mayordomo bien portado.

—Williams —respondimos al unísono mi padre y yo, adivinando.

Ambos nos miramos.

—¡Correcto! Acertaron, él me ha ayudado mucho...

—Ya veo —dijo mi padre suspirando, luego volvió a mirar al frente cuando los autos de atrás comenzaron a sonar el claxon para que avanzara. Mi padre tomó el volante y piso el acelerador, tomando velocidad para llevarnos al colegio—. Ni una palabra a nadie, ¿entendiste Elena?

—Si señor —hizo un saludo militar y sonrió. Mi padre rió y siguió manejando.

Mi padre estaba a punto de girar en una esquina, pero en ese preciso momento su celular comenzó a sonar. No se detuvo, solamente se fijo en el nombre y me lanzó el celular.

—Contesta, Daniel, diles que estoy manejando. Que te digan que pasa —Asentí con la cabeza y conteste.

—Comisionado Miller.

—Diga.

—¿Daniel? ¿Tu padre dónde está?

—Iván, mi padre está manejando hacia el colegio. Me dijo que contestara y que me dijeras que esta pasando —del otro lado, escuché a Iván dejar salir un suspiro y hablo:

—Lo que te voy a decir es confidencial —frunci el ceño—. Es sobre el Caso Naranja.

Eso fue todo, mis ojos se abrieron como platos y automáticamente giré a ver mi padre, yo estaba congelado.