Los Patrulleros Nocturnos: El Inicio de Gray Archer [Libro 1]

8: Los Bolos

Por fin mi padre me dejó salir a tomar un poco de aire, lo necesitaba después de un gran descanso y todo mi cuerpo adormecido. Hoy estaba realmente feliz, ya que Noah. Un amigo mío, me había invitado a mi y a mis amigos a jugar Bolos. Estábamos en la camioneta de John, donde manejaba directo a los Bolos.

Todos íbamos allí, estaban: Luz, Stella, Dylan, Mike, Castiel, Jack, y por supuesto invite a Lea, al parecer era una chica que no le gustaba o le costaba ser sociable, así que la integre al grupo.

Noah nos esperaba con su mejor amiga, Valentina. Su amiga Esperanza y Dante, un chico parecido a mi, bueno eso decían ellos.

Cuando llegamos, todos nos bajamos y entramos al lugar, cuando John fue hablar con él encargado éste le dio las entradas. La mujer asintió y nos dejó pasar.

Caminamos por el lugar y al final de la estación 8, nos esperaba un sonriente Noah. Un chico alto, moreno, rubio y ojos verdes.

El chico estaba relativamente feliz, a su lado estaba Valentina. Pelinegra, blanca y ojos azules. A su lado estaba Esperanza, castaña, ojos celestes, y morenita.

También estaba Dante, pelinegro, ojos azules y blanco. Y a su lado una chica, castaña, ojos grises y blanca. Los cinco al vernos nos saludaron super felices, y más a mi. No me veían desde el accidente.

No recuerdo bien a esa chica, pero se que la había visto en algún lado.

Noah llegó y me dio un gran abrazo de Oso que me sorprendió, pero lo recibí. Luego vino Valentina, Esperanza y por último Dante. La chica no se quiso acercar, solo saludo de lejos.

Mis amigos se presentaron y se saludaron entre sí, pero Mike estaba perdido en la belleza de Esperanza, esperemos que ella lo ignore, es mejor. Es super alegre, pero... Se alegra demasiado.

Cada uno hizo un grupo. El grupo número uno eran : John y Stella. El segundo : Dylan y Lea. El tercero: Mike y Esperanza. El cuarto : Noah y Valentina. El quinto: La chica y Jack. El sexto: Dante y Castiel y por último Luz y yo.

Todos jugaron, cada ronda, algunos iban perdiendo y otros ganando. Todos eran buenos, hasta que llego nuestro turno. Luz se lució, ella lanzó la pelota y está boto todos los pinos.

Con una puntuación perfecta, ella jugó tres veces más y por último llegó mi turno. No voy a decir nada, pero cuando era pequeño mi padre me enseñó y jamás perdí la práctica.

Tomé la bola, calcule rápidamente y avance, para luego lanzar la bola, esta hizo su recorrido hasta llegar a los pinos por el centro, botando todos los pinos, con una puntuación perfecta.

Jugué tres veces más y los puntos seguían subiendo. Nuestro equipo iba de primero, con un puntaje de 500. Los demás estaban sorprendidos.

Nos sentamos a descansar un poco, y fue Mike el que comenzó hablar.