25: Un baile con las Luciérnagas

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—Entonces, Luz, ¿que te gusta de este bosque? —fue lo que le pregunté al habernos ido de la cabaña y separarnos de todos

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—Entonces, Luz, ¿que te gusta de este bosque? —fue lo que le pregunté al habernos ido de la cabaña y separarnos de todos.

—Todo —respondió ella—, es muy pacífico y me trae paz. ¿A ti no?

—Claro que si, solo que cuesta un poco que me concentre para encontrar esa paz que en verdad busco.

—¿Qué quieres decir? —Luz se detuvo y me miró confundida.

—No me prestes atención, a veces me sucede. Pero respondiendo tu pregunta... Que quiero encontrar esa paz, por todos los problemas que hay, simplemente quiero que desaparezcan.

—Estoy igual, se que todo es difícil. Pero si siempre mantienes la fe y la esperanza, todo se resolverá, Dan.

—Lo sé, mientras tu estés a mi lado, todo estará bien.

—Digo lo mismo.

Y estábamos muy equivocados, admito que la frase era buena, pero el destino no lo quería así. Lo que no nos esperábamos, era que tal vez ese día en el bosque, no fue una casualidad, sino... Solo una trampa, para ver que tan fuerte éramos para los experimentos.

Caminamos por el bosque, viendo las maravillas y los seres vivos que las habitaban, era grandioso y sorprendente ver que el lugar estaba bien cuidado, bueno digo que era así por que era parte de un parque forestal al que habíamos venido. Pero al final decidimos pasar en la cabaña del primo de Dylan y mañana veríamos mejor el lugar.

La tierra estaba mojada, apenas ayer había estado lloviendo y eso nos dificultaba nuestra experiencia. Con las linternas ya encendidas, llegamos a un pequeño arroyo. Hace horas que oscureció, si me fijaba bien, eran como las seis de la tarde. Mike no puso tiempo así que... Podíamos seguir explorando, a menos que, de noche el bosque sea muy peligroso.

No preste atención a mi alrededor, Luz estaba concentrada en el pequeño arroyo, habían luciérnagas por el lugar, volando alrededor de unas pequeñas flores, Luz saltaba y sonreí en el lugar. Luego de unos segundos se puso a bailar con la melodía de la noche y los grillos que cantaban para todos.

Realmente se miraba feliz, eso a mi me encantaba, verla a ella feliz, me traía paz y tranquilidad, ella era mi mejor amiga y eso, eso era lo mejor del mundo. Me acerqué a ella en silencio y le tapé los ojos con mis manos, ella se detuvo un momento, pero jamás dijo nada.

—¿Quién soy?

—Eres el chico más lindo y mi mejor amigo... ¿Con eso basta?

—Fue más que suficiente.

Quite mis manos de sus ojos y le di la vuelta, ella se sorprendió por el movimiento, pero no se quejó. Puse mis manos en su cintura y ella alrededor de mi cuello, sabía lo que quería hacer.

—Esta es la cosa más bella que alguien ya hecho por mí. No sabía que te gustaba bailar en la oscuridad, Daniel.

—Que te puedo decir, es uno de mis tantos talentos ocultos. Además no está oscuro, ¿que nos ves a nuestras compañeras de luces verdes o a nuestros cantantes profesionales? Son el lugar perfecto, para un baile así.

Los Patrulleros Nocturnos: El Inicio de Gray Archer [Libro 1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora